Con sincera gratitud someto yo este testimonio. Hace varios años, cuando mi hijo tenía once y sufría de un tumor en la cabeza, se hizo todo lo posible por él incluso una operación de gravedad por ser intensa y una serie de tratamientos radiográficos.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!