La Christian Science vino a mi vida antes de que saliera de Alemania. Al expresar mi agradecimiento por ella deseo mencionar mi rápida curación de un tumor.
En el año de 1951 me ví muy enferma. A urgentes instancias de mi hija fui a que un doctor tomara una radiografía, diagnosticando mi caso como grave de resultas de un tumor, insistiendo luego en una operación inmediata. Pero como yo ya tenía mucha fe en Dios y no quería someterme a una operación, solicité tratamiento de una practicista de la Christian Science que me lo dió bondadosamente. Ella aquietó inmediatamente mi pensamiento cuando me respondió: “Todo está bien. Un tumor es sólo un error. Lea usted, y sosténgase firmemente en su confianza en Dios.”
La practicista se hizo cargo de mi caso amablemente. Transcurridos dos días, volví al hospital por súplica de mi hija a que me tomaran otra fotografía radiográfica. Esta mostró que no había ningún tumor. Los que presenciaban esto creían que había ocurrido un milagro.
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