Desde mi más temprana edad de que recuerdo yo sólo supe de dolor y sufrimientos causados por una enfermedad del corazón y diversas complicaciones. Como buenos cristianos que eran, mis padres hicieron amorosamente por mí todo lo que pudieron mediante la ciencia médica. Me sometí a dos operaciones quirúrgicas sin que mejorara. Pasada ya mi infancia y niñez, los doctores me decían que nunca podría ganarme yo misma la vida sino que tendría que contentarme con llevar una vida muy quieta.
En esa parte de mi vida mi madre comenzó a interesarse en la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. y me invitaba cariñosamente a que fuera a los servicios de esa iglesia con ella, pero yo me rehusaba porque tenía un concepto erróneo de lo que es la Christian Science. Un día, mientras andaba haciendo compras, sufrí una repentina prostración mental y de mis fuerzas, y al regresar poco después a casa me sentía perturbada y con miedo. Consentí entonces en que mi madre telefoneara a una practicista de la Ciencia, y de súbito me percaté de que me había librado de mi afección cardíaca que había padecido desde que nací. Esta curación ha sido permanente.
Todavía después de haber sanado, yo dudaba de la Christian Science. Nunca dejaré de agradecerle a la practicista que tan paciente y amablemente me haya guiado y elevado mi modo de pensar de que yo era una mortal pecadora a la gloriosa verdad de que soy en realidad hija perfecta y amada de Dios.
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