La oración que es respondida, como se comprende en la Ciencia Cristiana
Christian Science (crischan sáiens), jamás es una circunstancia fortuita. Dios no responde a las oraciones por casualidad. La oración es una calle de doble tránsito. Para que nuestras oraciones sean respondidas tenemos que poner algo en ellas. Cristo Jesús oró, y los Científicos Cristianos se esfuerzan por poner en la oración lo que puso él: pureza y una firmeza espiritual en todo pensamiento y acción. Él no tuvo que adquirirlas; estaba dotado de ellas. Pero los mortales tienen que lograr la pureza y la firmeza espiritual para orar como él. Eso debiera ser la meta de todo cristiano.
En el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, nos dice: “La oración que reforma al pecador y sana al enfermo es una fe absoluta en que todas las cosas son posibles para Dios — una comprensión espiritual de Él, un amor desinteresado”.Ciencia y Salud, pág. 1. Aquí hay tres requisitos: fe absoluta en Dios, y Jesús tenía esa fe; una comprensión espiritual de Él, y Jesús tenía esa comprensión; un amor desinteresado, y Jesús ciertamente tenía ese amor.
La absoluta fe en Dios viene mediante una comprensión de Él, la cual elimina todo misterio acerca de Él. Tal comprensión se puede obtener mediante el estudio de Ciencia Cristiana.
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