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La iglesia: un obsequio

Del número de julio de 1984 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Quizás algunas personas piensen que la iglesia es un lugar de ofrenda de sacrificios a Dios, una especie de favor que se le hace a Él en retribución por todo lo bueno que ha hecho por nosotros.

Pero la Ciencia Cristiana nos da un punto de vista diferente. En cierto sentido, la iglesia es la actividad de Dios — el obsequio del Amor — el efecto de Dios, el Principio divino. La Biblia nos dice que Dios no “es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas”. Hechos 17:25.

Aún más, la Ciencia Cristiana enseña que el hombre no ha sido creado para ser un mero receptor del bien de Dios, sino para expresar, de hecho, Su bondad, amor e inteligencia. Por lo tanto, el propósito de nuestra vida incluye más que una mera demostración de armonía de nuestra parte; tenemos también una misión colectiva: la de compartir el bien con los demás. Nuestra dedicación a la iglesia no es únicamente algo que hacemos para agradar a Dios; la iglesia es la estructura que Dios provee para ayudarnos a llevar a cabo nuestra misión como Sus representantes. La Sra. Eddy define “Iglesia” en Ciencia y Salud como “la estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él”.Ciencia y Salud, pág. 583.

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