Hace Dieciocho Años comencé a sentir dolor en la espalda y en la cadera. A pesar de que intenté sanarlo por medio de la oración en la Ciencia Cristiana, el dolor se hizo más intenso. Finalmente, cuando tuve que dejar de ir a trabajar, oré de manera más específica. Pero el dolor no cedía.
De acuerdo con mi contrato de trabajo, si faltaba más de tres días, debía presentar un certificado para que me siguieran pagando el sueldo. Esto me obligó a decidir entre llamar a un médico o pedir ayuda a un practicista de la Ciencia Cristiana. Opté por esto último. El practicista que llamé me ofreció ayuda y el certificado necesario para presentar a mi compañía.
El practicista me pidió que estudiara la palabra Principio, uno de los sinónimos de Dios que se da en Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. (Otros sinónimos son Mente, Alma, Espíritu, Vida, Verdad y Amor.) Yo debía llamar al practicista después de unos días e informarle sobre mi progreso. Cuando lo llamé, le leí las notas que había tomado cuando estudiaba, pero también tuve que informarle que mi estado había empeorado.
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