Desde comienzos de 1993 la Oficina de la Editora de los Escritos de Mary Baker Eddy, ha estado patrocinando reuniones alrededor del mundo que tratan sobre el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras. Estas reuniones han estado abiertas para cualquiera que tenga interés en Ciencia y Salud.
Nathan A. Talbot, como Presidente de La Iglesia Madre (desde el 8 de junio de 1992 hasta el 7 de junio de 1993), ha dirigido, junto con otros colegas, una buena parte de estas reuniones. Aquí presentamos algunos de sus comentarios sobre el propósito y los resultados de las reuniones.
A Medida Que nos acercamos al final del siglo, se han comenzado a tratar temas de mayor importancia con más claridad, y el libro Ciencia y Salud de la Sra. Eddy es de gran importancia para todos, no solo para los Científicos Cristianos. Es comprensible entonces que empiece a haber reuniones para reflexionar sobre este libro.
Aunque las semillas de estas reuniones fueron sembradas a lo largo de las décadas, el hecho que verdaderamente las originó tuvo lugar cuando doce practicistas y maestros de la Ciencia Cristiana de alrededor del mundo respondieron a una invitación de la Oficina de la Editora. Fue una invitación poco común. Se invitó a los participantes a pasar tres días juntos hablando, orando, escuchando, y apreciando Ciencia y Salud. No había otro programa más para estos metafísicos que la oportunidad de dejar que su espiritualidad los guiara a considerar lo que este libro significa para ellos y para la humanidad.
Una de las recomendaciones que surgieron de esas sesiones fue que se les diera la oportunidad de compartir sus pensamientos y sentimientos con otros Científicos Cristianos, y animarlos a pensar en maneras innovadoras y creativas, tanto individualmente como a través de sus iglesias filiales, de cumplir realmente con su papel de administradores o fideicomisarios de Ciencia y Salud, de pensar cómo el libro puede llegar mejor a aquellos que están espiritualmente hambrientos de recibir sus mensajes.
De las reuniones que siguieron hemos recibido información sobre curaciones por parte de los asistentes, y se han hecho comentarios continuos acerca del valor de reunirnos con un propósito tan común y vital. Pero, sobre todo, ha habido un renacimiento en la visión acerca del significado que tiene Ciencia y Salud para nosotros y para nuestra sociedad.
Se ha podido percibir un cambio claro. La gente está más dispuesta a compartir el libro, pero no ha habido una distribución indiscriminada de libros a cualquier persona que esté a nuestro alrededor. Por el contrario, ha habido una tendencia a escuchar la dirección de Dios, seguido de una disposición generosa para actuar por intuición espiritual.
Sin embargo, es obvio que las reuniones no son de ninguna manera el fin en sí mismas; son más bien el comienzo, el momento para que todos nosotros pensemos de una manera renovada sobre lo que es más importante para nosotros.
CIENCIA Y SALUD Reunión celebrada en La Iglesia Madre
El siguiente es un resumen de la reunión sobre Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, que tuvo lugar en La Iglesia Madre el domingo 28 de marzo de 1993,
Sr. Talbot: Nos gustaría hablar y reflexionar con ustedes acerca de Ciencia y Salud y su relación con la Biblia, sobre la autora del libro, sobre el impacto que tiene el libro en la humanidad, y sobre el papel que cada lector del libro tiene que desempeñar individualmente.
Sr. Thorneloe: Ciencia y Salud tiene un efecto transformador en el mundo porque emana directamente de la Biblia.
Sr. Talbot: Me he puesto a pensar como la mente humana algunas veces anticipa algo, pero luego resulta tener un punto de vista tan estrecho acerca de cómo tiene que suceder, que lo pasa por alto. La gente anticipó la venida del Mesías, el Salvador. Sin embargo, cuando Cristo Jesús llegó, lo pasaron por alto. ¿Un niño en un pesebre? ¿Ese es el Salvador? Eso no era lo que esperaban; tal vez un rey que guiara a su país a realizar grandes cosas. Yo pienso que esto está pasando también hoy.
Sr. Thorneloe: Sí. En lo que se registra como el discurso final que Cristo Jesús dio a sus discípulos, él profetizó la venida del Consolador. El Maestro nos ha prometido que este Consolador, “el Espíritu de verdad”, Juan 14:17. “[estará] con [nosotros] para siempre”. Juan 14:16. En otra parte él dice: “La noche viene, cuando nadie puede trabajar”. Juan 9:4. El debió preveer que después de unos cuantos cientos de años o más, la curación espiritual, como parte natural de la práctica cristiana, desaparecería en gran parte. Pero el Consolador estará “con vosotros para siempre”. Ninguna noche ha de hacer desaparecer al Consolador. Jesús lo dijo. También dijo: “El Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26. La Sra. Eddy no inventó lo que escribió en Ciencia y Salud. Se describió a sí misma como “una escriba bajo órdenes”.Esc. Mis., pág. 311. La Ciencia divina registrada en su libro es el Consolador que el Padre ha enviado, y que “convencerá al mundo de pecado, y de justicia y de juicio”. Juan 16:8. El Consolador demuestra que el Cristo está siempre presente en nosotros para “[guiarnos] a toda la verdad” Juan 16:13. y glorificar Véase Juan 16:14. a Cristo, la Verdad.
Sr. Talbot: La venida del Consolador evidencia la manifestación del Cristo, la Verdad, en la consciencia humana individual. Y la curación es el resultado inevitable de la venida del Consolador. Algunas veces he pensado en eso cuando la curación no se ha producido pronto. La situación puede que esté exigiendo que cuando oramos pensemos más en la promesa que hizo Jesús sobre el Consolador. ¿Acaso una situación que no sana no sería casi una afirmación de que la promesa de Jesús fue falsa? ¿De que en este caso en particular el Consolador no nos guió a toda la verdad, o sea, exactamente a lo que necesitamos para lograr esa curación? Sin embargo, su promesa fue que sí nos guiaría a toda la verdad. Si atesoramos este concepto, esto puede abrir la puerta para que se produzca la curación.
Sr. Thorneloe: Difícilmente se puede pasar una hoja de Ciencia y Salud sin encontrar alguna referencia a la Biblia.
Sr. Talbot: De hecho, yo diría que esos dos libros tienen un tipo de matrimonio sin posibilidad de divorcio. Están casados juntos.
Sr. Thorneloe: Una de las maneras en que están más entrelazados es con el Padre Nuestro y la interpretación espiritual que la Sra. Eddy le da en Ciencia y Salud.Ciencia y Salud, págs. 16–17. Allí tiene el Padre Nuestro con la interpretación espiritual bajo cada línea de la oración; es una ilustración de cómo la Biblia y Ciencia y Salud están completamente ligados. La Sra. Eddy dice: “La Biblia contiene la receta para toda curación”.Ibid., pág. 406.
Sr. Talbot: En el capítulo llamado “El Apocalipsis” en Ciencia y Salud ella hace referencia al “librito” mencionado en el libro del Apocalipsis. Ella pregunta: “¿Contenía ese mismo libro la revelación de la Ciencia divina.. .?” Luego dice: “Tomad la Ciencia divina. Leed este libro desde el comienzo hasta el fin. Estudiadlo, meditadlo”.Ibid., pág. 559.
Sr. Thorneloe: Poco antes de eso ella cita la Biblia: “ ‘Vé y toma el librito.. . Toma y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel’ ”.Ibid., pág. 559. Nos gusta la miel, pero hasta algunos de los alumnos de la Sra. Eddy se alejaron de ella cuando vieron las exigencias que la Ciencia Cristiana demanda de las personas. Pero estas exigencias son naturales. Nos traen salud. Impulsan el pensamiento para que aceptemos la totalidad de Dios en nuestra vida.
Sr. Talbot: Pienso que se necesita valor para que la gente acepte al Consolador en su vida y responda a las exigencias que les hace.
Sr. Thorneloe: Ciencia y Salud, junto con la Biblia nos muestra a usted y a mí cómo orar, cómo vivir y cómo sanar. Ciencia y Salud tiene capítulos específicos que nos muestran cómo tratar con conceptos como el espiritismo, el magnetismo animal, así como el matrimonio y otros temas. A través de todo el libro la Sra. Eddy nos explica la verdadera naturaleza de Dios.
Sr. Talbot: La Sra. Eddy ha marcado un curso totalmente nuevo en cuanto al significado mismo de la curación. Mucha gente ha pensado tradicionalmente que la curación consiste en arreglar cosas, pero ella nos muestra lo que significa ser regenerado, así como sentirse bien; lo que significa que haya renovación espiritual en nuestra consciencia. También nos ha dado un nuevo concepto de lo que es la iglesia y de lo que puede ser un pastor. Para los Científicos Cristianos es muy natural pensar en Ciencia y Salud como nuestro pastor, un pastor que nunca toma vacaciones.
Sr. Thorneloe: Una mujer me dijo que cuando ella supo de Ciencia y Salud por primera vez, sintió que no estaba preparada para lo que enseñaba, así que tiró a su pastor en el armario. Pero cuando surgió la necesidad el pastor estaba aún allí esperando para ayudarla.
Sr. Talbot: Cuando la Sra. Eddy era niña, enfermó con fiebre muy alta. El pensamiento de su papá no era particularmente encaminado a la curación, pero su mamá tenía un sentido del amor de Dios que abrió las puertas para que se produjera la curación. Pienso que esa curación fue como una señal que la capacitó para que ella escribiera el libro, porque la ayudó a liberarse de la cruel doctrina calvinista que su papá sostenía sobre la predestinación. Esto nos dice algo sobre el libro y su efecto liberador, que nos libera de gran cantidad de conceptos teológicos erróneos.
Una noche yo estaba luchando con un problema físico. Mientras oraba, vislumbré algo de lo que yo pienso le debió costar a la Sra. Eddy escribir Ciencia y Salud, y sentí tanta gratitud hacia ella por haberme dejado ese libro, que en ese mismo instante los síntomas sencillamente desaparecieron.
Sr. Thorneloe: La gratitud es muy importante. Y podemos agradecer a Dios por revelar la Ciencia divina a nuestra Guía. Me gusta mucho su enfoque del libro. Ella lo leía constantemente, con gozo, con anticipación del bien, dispuesta a aprender de las ideas de Ciencia y Salud.
Yo sé de una niña de doce años a cuyos padres el médico les dijo que necesitaba una operación inmediata en los pies o si no quedaría tullida de por vida. Esta joven conoció la Ciencia Cristiana a través de un vecino y obtuvo un ejemplar de Ciencia y Salud. Se sumergió en el libro y encontró ideas específicas que le ayudarían. Todo dolor desapareció en cuanto ella reconoció la presencia sanadora y el poder de Dios. En dos o tres días de estudio ambos pies sanaron completamente. Debido a esta curación los siete miembros de la familia comenzaron a asistir a la iglesia filial local.
Sr. Talbot: ¿No piensa usted que algunas veces tendemos a limitarnos en determinar lo fácil que llegaríamos con este libro a aquellos que están realmente hambrientos de él?
Sr. Thorneloe: Como descendientes de Dios, nuestros pensamientos vienen de la Mente divina. Así que cualquier resistencia para apreciar y compartir las ideas de la Mente no es nuestro pensamiento, sino la sugestión de la mente mortal.
Sr. Talbot: La Biblia habla de la mente carnal como “enemistad contra Dios”. Rom. 8:7. ¿Qué es entonces lo que nos hace sentir propensos a rechazar el Consolador mismo que Jesús prometió? Yo lo llamaría temor, un elemento de la mente carnal. La gente a veces tiene miedo de lo que dice Ciencia y Salud con referencia a la Biblia porque les arrebata algunas de sus más aferradas creencias.
Sr. Thorneloe: La Sra. Eddy se ocupó de las creencias que otros ignorantemente guardaban mediante el Amor. Siempre transformaba la controversia en curación. Y Ciencia y Salud nos enseña a sanar mediante el Amor divino. Asegurémonos de que no permitiremos que los magnetos de crítica, derrota, carencia o antagonismo, nos aparten de nuestra demostración de progreso respecto a la Ciencia pura del Cristo que este libro contiene.
Sr. Talbot: Algunas veces, cuando hay enseñanzas radicales, éstas impulsan el pensamiento humano a extremos. Y, sin embargo, aquí tenemos un libro, Ciencia y Salud, que tiene una enseñanza radical que en realidad modera el pensamiento humano, lo regenera, bendice y sana. Sus estudiantes son personas pensantes, verosímiles en integridad, que hacen verdaderas contribuciones a sus comunidades. Y esto se debe a lo que el libro ha hecho y hace por ellos. En cierto sentido Ciencia y Salud es un libro de herramientas espirituales, que da a la humanidad discernimiento de la Biblia y de cómo sanar.
Sr. Thorneloe: En una visita a Africa compartí algunas ideas con algunos estudiantes relativamente nuevos de la Ciencia Cristiana. Un señor inmediatamente se metió en la conversación y dijo: “Yo tengo una pregunta”, y luego describió cómo iba él en un tren mirando por la ventana cuando un carbón encendido voló de la máquina locomotora y aterrizó en su ojo, hiriéndole la cara y haciéndole imposible ver. Cuando llegó a su casa unas horas más tarde tomó el ejemplar de Ciencia y Salud que tenía desde hacía poco tiempo. Hojeó el libro hasta que llegó donde la Sra. Eddy dice: “Los accidentes son desconocidos para Dios.. . ” Ciencia y Salud, pág. 424. Oró con esa idea y en menos de veinticuatro horas toda huella del accidente había desaparecido y veía perfectamente. “Pero yo pensé que usted tenía una pregunta”, le dije. Y él respondió: “Sí, así es, ¿practiqué la Ciencia Cristiana apropiadamente?”
Sr. Talbot: Me pregunto si aquí en la sociedad occidental hay más de lo que reconocemos de ese tipo de disposición para mirar en nuevas direcciones.
Sr. Thorneloe: Estoy seguro de que la hay. La humanidad está empezando a ver que los medios materiales no son la manera de encontrar verdadera solución a los problemas. Eso no es el Consolador.
Sr. Talbot: La gente está buscando herramientas — respuestas— más allá de lo que la medicina occidental ofrece. Están orando por su bienestar.
Sr. Thorneloe: Un hospital que trata la adicción a las drogas y al alcohol tiene un folleto que dice que la única solución legítima al problema de la adicción es espiritual. Dirigen un grupo de oración todos los días y frecuentemente usan el artículo religioso de The Christian Science Monitor. Esta fermentación está en marcha.
En las comunidades alrededor del mundo se puede encontrar personas y grupos que están tratando con los problemas de la humanidad mediante el amor y la oración. Cuando lo buscamos podemos encontrar en nuestro pensamiento ese elemento cuyo móvil es el amor por nuestro prójimo, el desear y apreciar la idea de ayudar a los otros a encontrar soluciones, de ayudarlos a encontrar curación.
Sr. Talbot: Hace unos días hablé con una joven que se preparaba para solicitar anunciarse en el Journal como practicista de la Ciencia Cristiana. Había estado orando — con expectativa— para tener la oportunidad de sanar a alguien que no fuera Científico Cristiano. Un día recibió una llamada del vecino de al lado, quien algunas veces recibe las llamadas telefónicas de ella porque los números son muy parecidos. Mientras el vecino se encontraba fuera de casa el día anterior, habían dejado en su contestador automático un mensaje que era para la practicista. El que llamaba había dicho: “Muchas gracias por orar por mí. Estoy sano. Estoy muy agradecido”. Entonces el vecino le preguntó: “¿Usted trata rodillas?” La Científica Cristiana exclamó: “¡Oh sí, Dios ama las rodillas!” Bueno, este hombre tenía problemas muy graves en las rodillas y médicamente no se podía hacer nada más. Le pidió que orara por él. Al día siguiente estaba bien. Estaba emocionado. Unos días después le contó a la practicista que había salido a correr otra vez.
Hay un aspecto metafísico que puede ayudarnos a vencer cualquier inercia que nos impida compartir la Ciencia Cristiana: el simple hecho de que la Mente divina está siempre activa.
Sr. Thorneloe: A medida que reconocemos que la Mente es la fuente de la actividad del hombre, no hay nada que nos inhiba de realizar esa actividad en el curso del día. El Cristo, el poder puro del Amor en acción, nos está impulsando, a usted y a mí, a responder a las necesidades de la humanidad y sanar al enfermo.
Sr. Talbot: ¿Qué tal si hacemos un verdadero esfuerzo, como el de una joven que tuvo el valor de compartir Ciencia y Salud con una vecina que lo necesitaba? Como a la media hora, cuando trabajaba en el jardín, el libro vino volando por la cerca. Bueno, la Científica Cristiana continuó orando. Ella sabía que su vecina estaba espiritualmente hambrienta de las respuestas del Consolador. Finalmente la vecina aceptó el libro. Encontró sus respuestas, y en un par de años se hizo miembro de una iglesia filial.
Sr. Thorneloe: Cuando reconocemos el hambre espiritual y la receptividad de nuestro prójimo, encontramos una respuesta.
Sr. Talbot: En cierto sentido, a la mayoría de nosotros aquí se nos ha puesto en nuestras manos Ciencia y Salud, y ha tenido un importante impacto en nuestra vida. ¿Qué tan dispuestos estamos a compartir ese libro?
¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo
el Líbano en campo fructífero,
y el campo fértil será estimado por bosque?
En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro,
y los ojos de los ciegos verán en medio
de la oscuridad y de las tinieblas. . .
y aun los más pobres de los hombres
se gozarán en el Santo de Israel. . .
Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia. . .
Isaías 29:17–19, 24