Con Mucha frecuencia escuchamos hablar de los beneficios de practicar deportes. Debido a ello, millones de personas en todo el mundo, incluso quienes no gustan de las actividades físicas, tratan de caminar, correr o andar en bicicleta por las calles y parques de la ciudad, en un intento por preservar la salud.
Paradójicamente, también se dice que todo deportista está expuesto a sufrir lesiones; que el correr sobre superficies duras puede perjudicar la columna y las articulaciones, que las canchas de césped artificial pueden afectar las rodillas y que los atletas de mayor edad se lesionan con más frecuencia y necesitan más tiempo para recuperarse.
Yo juego al fútbol “5” y al básquetbol, soy corredor amateur y asiduo concurrente al gimnasio. Muchas veces me he preguntado ¿cuál es la mejor forma de preservar mi salud? La respuesta es: la oración.
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