En El Verano de 1998, fui invitada a integrar una mesa de discusión en la reunión “Celebración del 98”, sobre el tema del liderazgo religioso de las mujeres en los Estados Unidos. La celebración conmemoraba el 150° Aniversario de la primera convención en pro de los derechos de la mujer en Seneca Falls, Nueva York.
Cuando terminé mis comentarios, que se centraron en Mary Baker Eddy y su extraordinario legado, una mujer sacerdote hizo un comentario que me hizo reflexionar. Ella se sorprendió de haber llegado a ese punto de su carrera, después de haber cumplido con su seminario y varios años en el ministerio, sin jamás haber oído hablar de Mary Baker Eddy. Ella quería saber por qué esta extraordinaria guía religiosa había sido “marginada”.
Era una pregunta particularmente inquietante, cuando se considera a la luz de lo bien conocida que era la Sra. Eddy al final de su vida. En 1907, la popular revista Human Life la describe como: “...la más famosa, interesante y poderosa mujer de los Estados Unidos de América, si no del mundo, en la actualidad”.Human Life Magazine (Marzo 1907). En aquella época, se la citaba en muchos diarios y era muy conocida por su trabajo como autora, editora, maestra, fundadora y líder religiosa. Pero después de su muerte, acaecida en 1910, y hasta la década de los noventa, fue decreciendo paulatinamente la atención y el conocimiento que el público tenía de la Sra. Eddy. Miles de personas leyeron sus escritos y sus vidas fueron sanadas a diario por la Ciencia del Cristo, que ella descubrió y a la cual dedicó su vida; pero el público en general no la conocía.
Y allí estaba esta mujer sacerdote, que sin duda se dedicaba con devoción a las ideas religiosas, y que sin embargo nunca había oído hablar de una de las primeras personas que escribió y habló de Dios como Padre-Madre; que fundó una religión de alcance mundial, basada en leyes espirituales, en la que, tanto hombres como mujeres, podían participar en igualdad de condiciones en todos los aspectos de la fe.
La Sra. Eddy, en varias ocasiones, señala que la obra de su vida era para toda la humanidad y para todos los tiempos. En un artículo publicado en 1889, ella escribió: “Mi deseo es que todos los Científicos Cristianos, así como el mundo en general, progresen y prosperen por igual; todos y cada uno de ellos tienen igual oportunidad de beneficiarse por mis pensamientos y escritos”.Escritos Misceláneos, pág. 291. Y, en un discurso pronunciado en 1895, ella declaró: “Ya es evidente que la aceptación que ha tenido la Christian Science en el mundo y el ímpetu que va cobrando, aumentan rápidamente con el correr de los años”. Ibid., pág.110.
Tanto en el siglo XX como en el XXI, hay muchas evidencias del impacto que han tenido las ideas de la Sra. Eddy. Su efecto leudante se puede observar en muchos aspectos de la experiencia e investigación humanas, pero de alguna manera, ella, siendo su autora, ha sido separada de sus ideas. Éstas han estado sanando y leudando profundamente el pensamiento del mundo. Están llevando a replantear la práctica médica, e instando a los profesionales de la salud a explorar el efecto que tiene la espiritualidad en la salud. Han estado leudando la teología, reavivando los ministerios de la curación espiritual, y promoviendo un mayor reconocimiento del aspecto maternal de Dios. Incluso han estado leudando la ciencia, ya que físicos prominentes hablan y exploran la posibilidad de que el tiempo, el espacio y la sustancia no sean lo que se había pensado que eran.
El mundo está empezando a descubrir y aceptar las ideas que ella dio a la humanidad, a sentir su efecto transformador, a practicarlas y vivirlas. Sin embargo, estas ideas a menudo se han usado como si no tuvieran autor, es decir, sin darle el crédito a Mary Baker Eddy.
La humanidad tiene el derecho de conocer a Mary Baker Eddy
Los que conocen el descubrimiento de la Sra. Eddy — los miembros de la Iglesia, los que leen sus escritos, los eruditos que la estudian y todos los que participan en las muchas actividades que ella estableció— tienen la responsabilidad ahora, en el comienzo del siglo XXI, de decir al mundo que la autora de estas ideas fue Mary Baker Eddy, que se encuentran en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, y que son para todos. La humanidad tiene el derecho de saber que hay alguien que no sólo fue la autora de estos conceptos sanadores, sino que además los descubrió, practicó y enseñó. Ellos tienen el derecho de saber que en 1866, después de un grave accidente, esta mujer recurrió a su Biblia, y en esos momentos, vislumbró un punto de vista radicalmente nuevo respecto a la naturaleza de Dios y el hombre, que no sólo cambiaría su vida, sino que cuestionaría las teorías materiales en todos los aspectos del pensamiento y actividad humanos. Este nuevo punto de vista tan radical traería a la humanidad el conocimiento de la salvación, porque es el Consolador mismo que prometió Cristo Jesús.
Dar a conocer las ideas de la Sra. Eddy, verlas en acción en el mundo, y no dar crédito a la autora, sería como compartir los Diez Mandamientos, y no mencionar que fue Moisés quien los dio a la humanidad.
“...para beneficio de la humanidad”
La Sra. Eddy fue pensadora, sanadora, reformadora, redactora, conferenciante, maestra, mujer de negocios, amiga y autora. También es Descubridora, Guía, Fundadora, Pastora Emérita y Científica Cristiana. Sus ideas son relevantes y prácticas para los pensadores de innumerables campos de la actividad humana. La Sra. Eddy estaba segura de su vida y de lo que podría significar para el mundo. Cuando su vida terrenal se acercaba a su fin, en 1910, ella escribió:
Brevemente declaro que no ha ocurrido nada en la experiencia de mi vida que, si se relata y se comprende, pueda perjudicarme; y no es poco lo que ya se ha informado sobre el bien realizado en ella, la abnegación, etc., que han distinguido todos mis años de trabajo.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 298.
En 1907, ella le escribió a un estudiante que se lamentaba porque cada etapa de la vida de la Sra. Eddy hubiera sido tan criticada: “Ojalá pudiera dar a conocer cada etapa de mi vida terrenal en beneficio de la humanidad”. L04920, carta a L. Emogene Moore, 13 de marzo de 1907.
Ella comprendió que su vida entera era para “beneficio de la humanidad”. Y actualmente, personas de distintos niveles sociales están aprendiendo sobre ella, queriendo saber más sobre el descubrimiento espiritual que era tan esencial para su misión. Ellos están entrando en contacto con ella y con sus ideas, y se están beneficiando. Personas que acaban de conocerla nos envían este tipo de comentarios: “Lo que ella vivió, es también la historia de mi vida”. “Quiero saber más de ella”. “No puedo creer lo que logró; esto hace que quiera leer su libro”.
¿Por qué personas del siglo XXI se identifican tanto con una mujer del siglo XIX? ¿Podría ser porque su vida fue tan real que incluyó luchas como las que experimentamos actualmente y, sin embargo, fue guiada por poderosas ideas espirituales que sanaron y transformaron esas luchas?
Una mujer de su época... y para todas las épocas
La Sra. Eddy fue una persona de su época, y enfrentó las innumerables limitaciones impuestas a las mujeres del siglo XIX. Ellas no podían votar ni tener propiedades, se les impedía tener la custodia de sus propios hijos, estaban sumamente restringidas en las oportunidades de empleo, eran excluidas de la educación superior, y no podían participar en el liderazgo eclesiástico. Sin embargo, el poder de la revelación divina, que ella denominó “las leyes divinas de la Vida, la Verdad y el Amor”,Ciencia y Salud, pág. 107. no sólo le permitió triunfar sobre muchas de esas limitaciones, sino que hizo que su vida y sus ideas crecieran hasta dar frutos sin precedentes. Su vida, como la Ciencia que descubrió, trascendió el siglo XIX, porque dedicó su vida a vivir esa Ciencia que había descubierto.
De modo que a Mary Baker Eddy no se la puede definir como una mujer de la época victoriana del siglo XIX, o encasillar en un estereotipo norteamericano ni limitar dentro de una religión. Ella no puede ser restringida por ninguna descripción humana, porque el poder de las ideas que ella vivió hace que trascienda cualquier época.
Y cualesquiera fueran las limitaciones u obstáculos que se le impusieran, Mary Baker Eddy se mantuvo firme en su profunda convicción de la misión que Dios le había asignado. De su descubrimiento de la Christian Science, ella escribió:
Dios bondadosamente me había estado preparando durante muchos años para que recibiera esta revelación final del Principio divino absoluto de la curación mental científica. Ibid.
Y en otra parte del libro escribió con convicción: “En las palabras de San Juan: ‘Os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre’. Entiendo que ese Consolador es la Ciencia Divina”. Ibid., pág. 55.
Ninguno de nosotros puede saber lo que ella sintió. Sabía que Dios le había revelado el Consolador que Jesús había prometido, y le había mandado ponerlo por escrito y darlo al mundo. Sin embargo, al mismo tiempo, ella tenía que luchar con el hecho de ser una mujer del siglo XIX que había perdido la custodia de su hijo, que había tenido que mudarse de casa muchas veces mientras escribía su obra más importante, y que prácticamente no tenía dinero ni apoyo familiar.
Quizá ella le estaba insinuando al mundo algo de lo que estaba experimentando, cuando comentó:
Como Mary Baker Eddy, soy la más débil de los mortales, pero como la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, soy la fortaleza del mundo. von Fettweis, Yvonne Caché y Warneck, Robert Townsend, Mary Baker Eddy: Christian Healer (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1998), pág. 164.
“En mi verdadera luz, y vida”
¿Qué fue lo que hizo que “la más débil de los mortales” trascendiera las limitaciones y desafíos de su tiempo y la resistencia del mundo hacia lo que escribió? Sólo pudo haber sido el poder y la autoridad de Dios, y la pureza, la espiritualidad y el carácter eterno de las ideas que le fueron reveladas. Sólo pudo haber sido que su vida era — y es — la explicación de su descubrimiento, la prueba de las ideas que ella descubrió.
La biógrafa Gillian Gill, quien pasó siete años investigando la vida de la Sra. Eddy, comentó: “Mary no nació siendo la Sra. Eddy. Ella nació como Mary Baker y tuvo que convertirse en Mary Baker Eddy. La famosa Sra. Eddy”. Charla dada por Gillian Gill, Ph.D. a empleados de The First Church of Christ, Scientist, 1999.
La Sra. Eddy tenía que demostrar todos los días la Ciencia del Cristo que había descubierto, una Ciencia que es la evidencia de las ideas espirituales llevadas a la práctica — ideas que se pueden aplicar y que transforman las circunstancias más adversas y que tan directamente le hablan al corazón de los buscadores espirituales de hoy. Como ella dijo de Ciencia y Salud: “Esta obra es el producto de toda mi vida...” V00838, carta a la Sra. A. J. Swarts, 30 de septiembre de 1884.
Mary Baker Eddy hizo varias observaciones importantes sobre dos aspectos de su vida, diferentes, pero inseparables. En una nota bene que aparece en una carta que dirigió en 1893 a Edward Kimball, uno de sus estudiantes, escribió:
N.B. Que el mundo me comprenda en mi verdadera luz, y vida haría más por nuestra Causa que cualquier otra cosa. Esto lo sé porque el enemigo se esfuerza más por esconder estas dos cosas al mundo, que por ganar en otros aspectos. También la vida y el carácter de Jesús fueron tratados de igual manera en su primera aparición. Y lamento ver que algunos estudiantes leales no estén más alertas a esta importante cuestión, y adopten las medidas para enfrentar las tácticas de los enemigos. L07433, carta a Edward A. Kimball, 15 de octubre de 1893.
¿Pudiera ser que la luz verdadera sea la revelación de las ideas, su descubrimiento? ¿Pudiera ser que la vida sea la demostración o prueba viviente de esas ideas por parte de su Descubridora? El descubrimiento y la prueba. La luz y la vida. Es interesante que ella describe los dos mismos puntos cuando define la Christian Science en Ciencia y Salud:
El término CHRISTIAN SCIENCE fue introducido por la autora para designar el sistema científico de la curación divina.
La revelación consta de dos partes:
1. El descubrimiento de esta Ciencia divina de curación por la Mente, mediante el sentido espiritual de las Escrituras y las enseñanzas del Consolador, como prometió el Maestro.
2. La prueba, por la demostración actual, de que los llamados milagros de Jesús no pertenecían especialmente a un designio divino ahora terminado, sino que ilustraban un Principio divino en continua operación. La operación de ese Principio indica la eternidad del orden científico y de la continuidad del ser.Ciencia y Salud, pág. 123.
Su vida fue la expresión de ambos aspectos: el descubrimiento, las ideas — la luz verdadera; y la prueba, el ejemplo — la vida vivida. Las ideas y la demostración. No se puede separar el descubrimiento de la Descubridora, ni la Descubridora de su descubrimiento. Natural e inevitablemente, uno lleva al otro.
La carta al Sr. Kimball en 1893, citada anteriormente, no es el único lugar en el que ella menciona la importancia de conocer el verdadero significado de su “luz, y vida” y la necesidad de no ceder ante lo que trataría de oponérsele u obstruirlo. Ese mensaje aparece constantemente en todos sus escritos, tanto en los que se han publicado como en los inéditos. Por ejemplo, seis años después, en 1899, ella escribió a otro estudiante, William McKenzie: “...Todo lo que las personas necesitan para amar y adoptar la Christian Science es el verdadero concepto de su fundadora. En la proporción en que lo tengan, progresará nuestra Causa. Por eso, la mente maligna se esfuerza tanto por dar una falsa idea de mí, y así asegurar la destrucción de todo lo que se oponga al mal”. LI3046, carta a William P. McKenzie, 13 de enero de 1899.
Tres años después de esto, en octubre de 1902, ella escribió a otros dos estudiantes, el Juez Septimus Hanna y su esposa:
...El mantener la verdad del carácter real [de la Sra. Eddy] ante el público, ayudará a los estudiantes, y hará más por nuestra Causa, que ninguna otra cosa...
La verdad respecto a su Guía, sana al enfermo y salva al pecador. La mentira tiene exactamente el efecto contrario, y el maligno, que dirige todo lo malo que ocurre en este asunto, sabe esto con mayor claridad que los Científicos Cristianos en general. L05294, carta al Juez Hanna y esposa, 13 de octubre de 1902.
La Sra. Eddy sabía que sus seguidores necesitarían estar alertas y vigilantes a cualquier cosa que intentara ocultar su “verdadera luz, y vida”. Durante muchos años, ella sufrió incomprensión, tergiversación y odio, y estaba muy consciente de que estas mentiras no eran sino intentos de frustrar el avance de la Ciencia del Cristo, que ella había descubierto. Durante una época particularmente difícil, cuando se le hizo una demanda legal basada en motivos perversos en su contra, la Sra. Eddy añadió un Estatuto a su Manual de la Iglesia, alertando a sus seguidores de su deber de luchar contra tales modos de actuar del mal, y reconocer su lugar como Descubridora y Fundadora de la Christian Science:
Alerta al deber. SECCIÓN 6. Será deber de todo miembro de esta Iglesia defenderse a diario de toda sugestión mental agresiva, y no dejarse inducir a olvido o negligencia en cuanto a su deber para con Dios, para con su Guía y para con la humanidad. Por sus obras será juzgado, — y justificado o condenado.Manual de La Iglesia Madre, pág. 42.
Los que han criticado y mal interpretado a la Sra. Eddy, a menudo tienen algo en común: afirman que su descubrimiento y sus ideas, en realidad, no eran de ella, sino de otra persona. Por otra parte, algunos han tomado sus ideas sin darle el crédito debido. De hecho, han tratado de separar el descubrimiento de su Descubridora. La Sra. Eddy se dio cuenta de que una de las mejores maneras de asegurar que el público relacionara sus ideas con su autora, era registrarlas. Ella trabajó diligentemente para obtener la protección del derecho de autor de sus escritos. Por ejemplo, en 1882, junto con su esposo, permaneció seis semanas en Washington, D.C., interiorizándose con la ley del derecho de autor, y se mantuvo estrechamente ligada a lo largo de su vida a los aspectos legales relacionados con todo lo que ella establecía o fundaba.
Respuesta al creciente interés en Mary Baker Eddy
Durante los años noventa, La Junta Directiva de la Christian Science leyó miles de páginas de escritos inéditos de la Sra. Eddy. La calidad y cantidad de estos escritos, y el alcance, relevancia y variedad de los temas tratados son extraordinarios. Y conforme continuamos leyendo esta notable colección, nos dimos cuenta de lo valioso que sería ponerla al alcance del público. Pensamos en su Iglesia y el mundo, y nos dimos cuenta de que había muy poca información sobre la Sra. Eddy que estuviera disponible en las Salas de Lectura de la Christian Science, en bibliotecas y en el mundo de la erudición y la disertación pública.
Como resultado, la Junta Directiva y los miembros de la Administración Fideicomisaria de La Sociedad Editora de la Christian Science crearon en 1991 la Serie de Biografías del siglo XX (en inglés), para volver a poner en circulación biografías sobre Mary Baker Eddy, y agregar nuevos títulos.
Durante los años noventa, empezó a aumentar paulatinamente la demanda del público por información sobre la Sra. Eddy y sus logros. Esto fue el resultado natural de algo que está empezando a sentirse en la sociedad: el creciente interés en la espiritualidad. La búsqueda espiritual de la humanidad empezó a ser más visible, más urgente, y el interés en la obra principal de la Sra. Eddy, Ciencia y Salud, comenzó a florecer. Tan sólo en los últimos seis años se vendieron más de un millón de ejemplares de Ciencia y Salud, y más de diez millones de ejemplares se han vendido en los 125 años desde que se publicó por primera vez. Conforme más personas se familiarizaban con los conceptos espirituales que ella expresa en Ciencia y Salud, era natural que preguntaran: “¿Quién escribió estas ideas?” “¿Por qué las escribió?” “¿Quién le dio autoridad para escribirlas?” “¿Quién era ella?”
La Biblioteca Mary Baker Eddy para el Adelanto de la Humanidad
La oración y la receptividad espiritual de la Junta Directiva, y la existencia de una gran cantidad de escritos inéditos de la Sra. Eddy, aunado a la creciente búsqueda de respuestas y curación espirituales, el aumento en el interés en Ciencia y Salud, el incremento en el número de pedidos de información sobre la Sra. Eddy, y el creciente número de conferencias solicitadas por profesores de cursos universitarios sobre el tema de la mujer, llevaron naturalmente a la formación de La Biblioteca Mary Baker Eddy para el Adelanto de la Humanidad. Viene como una respuesta necesaria a la demanda por conocer más de la “verdadera luz, y vida” de la Sra. Eddy.
La Junta Directiva de la Christian Science considera que el establecimiento de la Biblioteca es uno de los legados más importantes que tenemos el privilegio de dar a la humanidad en el amanecer del siglo XXI. Estamos muy agradecidos porque la Iglesia tiene los recursos y los miembros tienen el amor en sus corazones para hacer posible este legado. La humanidad será profundamente bendecida.
El propósito de la Biblioteca está en consonancia con el propósito de la vida de la Sra. Eddy, el adelanto de la humanidad. El espíritu de la Biblioteca, como el espíritu de su vida, es el poder de sus ideas y su impacto en la humanidad. Debe elevar y sanar el pensamiento de cualquiera que pase por sus puertas, hacer que se sienta mejor respecto de sí mismo y con los demás, y respecto a las posibilidades del bien individual y colectivo. Ya sea el visitante un estudiante de primaria o un erudito, confiamos en que la atmósfera, el ambiente, los mensajes, las ideas de la Biblioteca, le brindarán a los demás el espíritu de la vida de entrega, que ejemplificó Mary Baker Eddy. La comprensión que el mundo tenga de ella será exacta y completa cuando sea conocida por medio de sus propias palabras, y descubierta dentro del contexto de su vida, su trayectoria, sus luchas y sus triunfos.
La Biblioteca albergará la mayor colección que existe sobre una mujer norteamericana y su obra. Será un recurso muy importante para los miembros de la Iglesia, los eruditos, y el público que quiera explorar sus ideas y lo que otros han escrito sobre ella. Será de gran utilidad para cualquiera que quiera aprender sobre su descubrimiento espiritual, el descubrimiento que sana los corazones de las personas, de la comunidad y del mundo. La Biblioteca también será un marco de discusión en el que hombres, mujeres y niños puedan hablar sobre el impacto que han tenido los escritos de Mary Baker Eddy en la medicina, los negocios, el periodismo, los temas relacionados con la mujer, la familia, la comunidad, la teología, la ciencia y la educación.
Cada persona que entre a La Biblioteca Mary Baker Eddy para el Adelanto de la Humanidad tendrá una experiencia única, y encontrará algo valioso en las ideas y la vida extraordinarias de la Sra. Eddy. Cuanto más se conozca lo que ella escribió, más se descubrirá las múltiples dimensiones espirituales de su vida. Para un visitante, ella puede ser amiga, consejera, maestra; para otro, puede ser autora, sanadora, Descubridora y Fundadora. Ella es todo esto, y mucho más. Las posibilidades y el poder para transformar y sanar son infinitos.
Ahora es nuestro turno
Todos los que conocen, aprecian, comprenden y aman a la Sra. Eddy, son parte vital de lo que hará posible que la Biblioteca logre su objetivo. Las ideas que Mary Baker Eddy dio al mundo pudieron haber quedado varadas en el siglo XIX, si sus primeros seguidores no hubieran estado alertas y vigilantes, si no hubieran aceptado, compartido, vivido, demostrado, enseñado y llevado adelante sus ideas; lo que también se ha hecho por más de 125 años.
Ahora nos toca a nosotros. Depende de todos los que aman a la Sra. Eddy, el vivir, compartir y llevar adelante el propósito de su vida, su “verdadera luz, y vida”, para ayudar a la humanidad a encontrar el cristianismo práctico — el Consolador — en el siglo XXI. El hacer esto, hará que todos experimenten, en cierta medida, la libertad mental, física, moral y espiritual que hemos sentido, y que promete el Consolador.
Cada uno de nosotros puede preguntarse: “¿Estoy haciendo todo lo que puedo para ayudar al mundo a comprender a la Sra. Eddy en su ‘verdadera luz, y vida’?” “¿Estoy alerta para que nada pueda ocultar esa luz para el mundo?” “¿Qué más puedo hacer para cumplir mi deber para con Mary Baker Eddy?”
Un artículo de L. Ivimy Gwalter, publicado hace más de treinta años, menciona algunas de estas ideas. La Srta. Gwalter escribió: “El nombre de Mary Baker Eddy nunca puede ser separado de la Christian Science. La revelación habla por medio de ella. Conforme la Christian Science sea mejor comprendida y la conciencia humana ceda a la divina, su amistad universal será valorada, la gloria de la obra de su vida será reconocida, y su nombre será honrado en los anales de la historia”. L. Ivimy Gwalter, “A Friend Forever”, Christian Science Sentinel, (13 de julio de 1968), pág. 1192.
El amor de la Sra. Eddy por la humanidad fue amplio y profundo, e impregnó cada trazo de su pluma. Su vida estuvo comprometida a ayudar a otros a encontrar la clave definitiva para la salvación, salvación que según ella predijo verdaderamente traería el milenio cuando “...todos los hombres Lo conozcan a Él (el Amor divino) desde el más pequeño hasta el más grande, y un solo Dios y la hermandad del hombre sean conocidos y reconocidos en toda la tierra”.Miscellany, pág. 240.
Ésta es la promesa que nos espera.