Durante los próximos once meses, celebraremos la historia de El Heraldo de la Christian Science. Veremos cómo se ha ido desarrollando la misión de esta revista a lo largo de los años. El segmento de este mes se basa en una entrevista con
, Jefa de Redacción de los Heraldos de la Christian Science y , Redactor Jefe de Der Christian Science Herold, el Heraldo en alemán.Cómo nació la revista
Hoy en día, se hacen grandes estudios de mercado antes de establecer una revista. Si bien a fines del siglo XIX, La Sociedad Editora de la Christian Science, no hacía ese tipo de investigación, recibía mucha información de personas de todas partes del mundo. Había gente de países de habla inglesa, así como otros, especialmente de Alemania, que conocían el libro de Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud. Habían comprobado que era muy útil para resolver situaciones en la vida, y querían dárselo a conocer a sus conciudadanos en su propio idioma.
“A fines del siglo XIX el interés en la Christian Science se estaba desarrollando desarrollando de manera modesta en Alemania. Pero prácticamente todo el material de la Christian Science al que tenían acceso los alemanes estaba en inglés, y eso limitaba su capacidad para compartir ideas y aprender más sobre la Ciencia. Como resultado, surgió el deseo de preparar materiales sobre la Christian Science en alemán”, explicó Michael Seek. “La principal dificultad era encontrar un traductor competente.
“No obstante, en 1903, la Sociedad Editora estuvo lista para producir una revista mensual en alemán. Louise Kollmorgen, quien enseñaba alemán en Chicago, comenzó a traducir pasajes y artículos de las publicaciones periódicas que ya existían en inglés, o sea, del Sentinel y el Journal. Le mostraron esta publicación no oficial a la Sra. Eddy, y en 1903, ella le dio permiso a la Sociedad Editora para que publicara Der Christian Science Herold”.
Aparecen otras ediciones
Ése fue el comienzo. Después de la edición en alemán, se publicó en once idiomas más. El Heraldo en francés siguió al alemán en 1918. En 1930 comenzaron a publicar una edición escandinava en danés, noruego y sueco. Más adelante, estos idiomas tuvieron sus propias ediciones individuales. Posteriormente aparecieron las ediciones en holandés, español, italiano, portugués, indonesio, japonés y griego. Actualmente, algunos de ellos se publican mensualmente y otros cada tres meses, pero todos tienen una influencia sanadora en cualquier parte del mundo que van. Además, hay ediciones radiales que se transmiten en español, alemán, francés y portugués.
Cuando se le preguntó cómo se eligieron esos idiomas, Heloísa Rivas dijo: “Surgieron porque uno o más estudiantes de la Christian Science que residían en determinado país comenzaron a celebrar servicios religiosos o a sanar gente y era necesario tener material para que leyeran las personas interesadas”.
“Cada Heraldo eleva a sus lectores al aportarles una nueva perspectiva espiritual para que los ilumine”, explica Heloísa. “Puesto que es una revista, no una persona, el lector puede tomarse el tiempo que sea necesario para pensar en esas ideas y aceptarlas o no. El Heraldo no trata de convertir a nadie. Simplemente, anuncia una nueva forma de comprender a Dios que puede mejorar las condiciones de vida en cualquier país. Trae el mensaje de Dios diciendo: ‘Hay consuelo. Hay una solución espiritual. La oración funciona. Y yo te voy a decir cómo’.
“Es un poco Juan el Bautista, quien anunció la venida de aquél que era más importante que él, es decir Jesús. Y para el Heraldo es natural hablarles a los lectores del libro Ciencia y Salud, que es donde se encuentra la declaración verdadera y completa de la Christian Science”.
Heraldos más actuales
En aquellos primeros años, las revistas eran modestos intentos de ayudar a la gente a resolver los problemas personales mediante la oración, y hablar a la vez de los temas internacionales más importantes. Desde el principio, gente de Alemania y otros países colaboraron escribiendo artículos y testimonios de curación en los diversos idiomas del Heraldo. Esta amplia representación de culturas dio a cada revista un carácter internacional muy vivaz.
“Hoy, cuando miro el Heraldo, me doy cuenta de que es muy contemporáneo y apropiado para el 2002”, dice Heloísa. “Es colorido, es vibrante. Los temas que trata son vitales. Refleja lo que el mundo es hoy y lo que están haciendo las empresas editoriales, incluso al llevar a los lectores, como esta revista, un concepto espiritual de Dios.
“Hace cincuenta o sesenta años se consideraba que algunos países estaban en lugares remotos. Parecían alejados porque la gente hablaba otra lengua o porque sólo se podía llegar allí en barco y se demoraban varios meses. Incluso en las primeras épocas de la aviación, una carta a otro país tardaba un par de semanas en llegar. Y la verdad es que ese mundo antiguo ha desaparecido. El mundo de hoy es instantáneo. Sabemos de inmediato lo que ocurre en los Estados Unidos, África, China o Alemania. Y el Heraldo, a través de la tecnología y cambios editoriales, está empezando a funcionar a esa velocidad”.
Si bien ahora cada vez más artículos del Heraldo son escritos por personas que viven en los países en los que se distribuye el Heraldo, en aquellos primeros días, muchos de los artículos eran traducidos del inglés o de otros idiomas para ser usados en las diversas ediciones de la revista. “Llevaba meses recibir una traducción de alguien que viviera lejos de aquí”, dice Heloísa. “Hace unos quince años, cuando La Sociedad Editora de la Christian Science compró su primera máquina de fax, descubrí lo que significaba trabajar con una traductora que vive lejos de manera inmediata. De pronto las dos personas podían ver juntas el mismo texto y hablar sobre él por teléfono. Ahora que tenemos correo electrónico además de fax, y otras formas de tecnología, la comunicación es realmente instantánea.
El propósito espiritual del Heraldo
Mary Baker Eddy estableció el propósito principal del Heraldo en 1908: “Para proclamar la actividad y disponibilidad universal de la Verdad”. Michael dice: “La Verdad es sinónimo de Dios. Para mí eso quiere decir que la presencia y el poder de Dios se observan en la vida de los individuos. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, y luego hace poco después de los ataques terroristas en Nueva York y Washington, los lectores han preguntado: ‘¿Dónde se encuentra Dios en estos lugares y en estos momentos?’ Pienso que el Heraldo puede responder a esa pregunta.
“Por ejemplo, piensen que los Estados Unidos entró a ambas guerras mundiales como enemigo de Alemania. No obstante, a lo largo de esas guerras, la Sociedad Editora con su base en los Estados Unidos continuo produciendo Der Christian Science Herold. Estas revistas ayudaron a proclamar la disponibilidad de la Verdad, y también la disponibilidad de libertad y paz, incluso a la que en aquellos momentos se veía como una nación enemiga”.
Al revisar los números publicados en aquella época, se nota el esfuerzo que pusieron para ayudar a la gente a lidiar con las condiciones que les imponía la guerra y al mismo tiempo evitar cualquier comentario que pudiera parecer político. “Der Herold llevó a muchos alemanes a pensar seriamente en lo que comprendían de los sucesos políticos y ver la dimensión espiritual en todo lo que hacían”, dijo Michael. “Se volvió muy evidente que la paz y la guerra no se podían separar a lo largo de límites geográficos, culturales o idiomáticos. Cada persona tiene una responsabilidad. Es necesario hacer un esfuerzo concertado para establecer la paz y mejorar las relaciones”.
“A lo largo de la historia del Heraldo, podemos ver evidencias de su influencia en los países donde estaba disponible”, observó Heloísa. “El Heraldo demostraba a los lectores de qué manera la vida de la gente cambiaba con la lectura de Ciencia y Salud”.
Esta influencia se observó más recientemente cuando preparamos una edición especial en francés, portugués e inglés para la gente de África. “Los artículos que aparecieron en el Heraldo fueron escritos, en su mayoría, por africanos”, explicó Heloísa. “Hablaban sobre los problemas que África enfrenta, pero también presentaban el lado bueno de África y contaban que la oración y un concepto más elevado de Dios puede ayudar a África”.
Artículos de esta edición especial fueron publicados también en español y alemán. La primera ola de respuestas vino de los mismos africanos. “Recibimos muchas cartas de gente de diferentes países de África que estaban muy agradecidos porque el continente era descrito con mucha dignidad, y se hacía referencia a la inteligencia, belleza y espiritualidad de pensamiento de su gente”, dijo Heloísa. “Se hizo énfasis en todas las cosas maravillosas que caracterizan al pueblo africano, en lugar de concentrarse en la guerra, la pobreza y la enfermedad”.
El Heraldo Radial llega a todo el mundo
“Antes de la publicación de esta edición especial”, dice Michael, “Las revistas y diarios alemanes siempre describían a África por su pobreza, muerte, sequía, dictaduras militares, etc. Pero después de que empezamos a publicar artículos positivos sobre África en nuestra revista, comenzamos a ver una cobertura mucho más positiva de ese continente en las revistas de Alemania”.
Michael destacó la influencia positiva y unificadora del Heraldo al decir: “Este poder divino del que hablamos en la revista une a la gente en su amor por la paz, en su anhelo de libertad, en su deseo de ser sano. Esto es lo que el Heraldo presenta al mundo. En los idiomas en que se publica llega a la gente en alrededor de 80 países y llevan el mensaje de que Dios es Amor. Este poder divino trae salud, libera del temor, y promueve la armonía entre los vecinos.
“Para comprender verdaderamente lo que significa ‘proclamar la disponibilidad universal de la Verdad’, uno necesita comprender la palabra universal”, continuó. “Mucha gente cree que significa internacional. Pero la palabra universal trasciende los límites geográficos así como las barreras idiomáticas. Es más que ser internacional. Significa que el Heraldo puede abarcar todos los temas importantes de la vida diaria y demostrar que el conocer a Dios puede producir un cambio favorable al ayudar a la gente a encontrar el lugar correcto donde trabajar, mejorar su salud, y tener una vida familiar donde reina el amor. El Heraldo está siempre listo para dar una respuesta, o por lo menos dar aliento a los lectores que desean hacer un cambio en sus vidas, en lugar de quedarse sentados pasivamente en espera de lo que vendrá”.
Si bien cada edición se llama El Heraldo de la Christian Science, las revistas no son iguales. Cada una está preparada para responder a las necesidades, estilo editorial y diseño gráfico propios de las áreas donde viven sus lectores. “Una vez que uno sabe un poco sobre cómo son las revistas en países específicos, puede identificar al Heraldo como una verdadera revista francesa o alemana, o la edición de cualquier idioma, porque concuerda con los hábitos de lectura y preferencias visuales de la gente de esos países”, dice Michael. “No obstante, la misión es universal”.
“El año pasado, por ejemplo, un número del Heraldo en alemán trató sobre el SIDA y los esfuerzos de traer curación a la gente que sufre esa enfermedad. Hubo una importante reunión en Berlín auspiciada por las Naciones Unidas sobre el tema, y entregamos el Heraldo y nuestros programas de radio a los organizadores”.
Una Ciencia para el mundo
Desde que la Christian Science fuera descubierta y establecida en los Estados Unidos, algunas personas han cometido el error de identificarla como una “religión de los Estados Unidos”. Como resultado de ello, la actitud de la gente hacia la Christian Science a veces se parece a la actitud que tienen hacia los Estados Unidos. Pero tanto Heloísa, que nació en Brasil, como Michael que es alemán, señalaron que la Christian Science no tiene nacionalidad.
“La Sra. Eddy no inventó la Christian Science. Ella descubrió una Ciencia que ya existía”, dice Heloísa. “Hubo otra gente que también descubrió leyes universales. A un nivel más humano, Benjamín Franklin, que era estadounidense, creó el pararrayos que hoy existe en todo el mundo. El pararrayos no tiene nacionalidad ni idioma en particular.
“Mary Baker Eddy descubrió y pudo explicar las leyes sobre la relación de Dios con hombres y mujeres, que traen curación. Estas leyes han estado siempre en operación. A lo largo de la historia de la Biblia, esas leyes existieron y ayudaron a la gente. Por lo tanto, la verdad que la Sra. Eddy descubrió es universal y la precedió a ella.
“Esta oportunidad de celebrar el Centenario del Heraldo pone de manifiesto la historia que ha tenido hasta ahora, y permite al mundo conocer lo que la revista ha logrado”, dice Heloísa. “Realmente creo que su misión ha sido una continua influencia del bien en el mundo, a pesar de las dificultades por las que ha atravesado la humanidad, y las que va a enfrentar en el futuro”.
“El Heraldo no es un producto estático y terminado”, señala Michael. “La misión del Heraldo es un esfuerzo continuo que alcanzará muchas otras partes del mundo. Cualquier edición de la revista puede tener buena influencia en cualquier nación. Ocasionalmente, puede que se publique una edición especial del Heraldo, como fue el número en albano que preparamos durante el conflicto en Kosovo. Pero una cosa es cierta, cada edición del Heraldo está haciendo algo para dar inspiración e iluminación a la gente, sin importar las circunstancias ni dónde viven”.
Anuncio de conferencia
El 14 de junio de 2002 a las 20 h, habrá una conferencia especial de la Christian Science en la Librería “El Altillo”, sita en Giannattasio, Km 21.400, (a confirmar) en Ciudad de la Costa, Lagomar, en la provincia de Canelones, Uruguay. El conferenciante será el Sr. Juan Carlos Lavigne. Para mayores informes comuníquese con el 682-6434 ó el 682-4909. La entrada es gratuita. ¡No se la pierda¡