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El Rincón Postal

Del número de diciembre de 2003 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Querido Heraldo:

Conocí la Christian Science a través de una sobrina que me prestó el libro Ciencia y Salud.

Antes sufría de vértigos que me estaban causando invalidez. El síndrome era artrosis y pico de loro en la cervical. El diagnóstico del médico fue que se trataba de una enfermedad incurable. Casi al borde de la desesperación, le pedí a una practicista de la Christian Science que orara por mí. Al cabo de unas horas me di cuenta de que ya no tenía dolor y podía caminar normalmente. El restablecimiento se fue produciendo día a día, y la curación ha sido permanente.

Estoy tan agradecida de poder atestiguar el poder de la Christian Science, que doy gracias a Dios con todo mi corazón.


Estimados hermanos:

Les diré que quiero expresar mi agradecimiento al estudio de la Christian Science.

En el mes de noviembre mi hijo de 5 años, ingresó en el hospital con bronconeumonía retrocardíaca. Esa noche yo me puse muy mal, pero cuando le empezaron a practicar los exámenes y le sacaron las placas de rayos X, rápidamente empecé a orar, y me pasé toda la noche orando y pensando que al otro día mi hijo ya estaría sano. Y lo que pasó hermanos fue que el médico me confirmó a primera hora que cuando revisaron la placa no se reflejó nada de lo que se había visto durante la noche. Entonces le retiraron todo el troquer y las otras cosas que tenía puestas. Mi hijo gracias a Dios fue curado.

Comprendí una vez más que Dios es mi Padre-Madre y la verdadera medicina.

Mi hijo al otro día se levantó, caminó, corrió y jugó con los demás niños de la sala, y al otro día fue dado de alta del hospital. Estoy muy agradecida porque mi hijo recobró su salud y por todo lo que he aprendido estudiando la Biblia. No hay duda de que Mary Baker Eddy nos ha dejado un gran tesoro. Es una bendición escuchar a Dios.

Con cariño,

Queridos Amigos del Heraldo:

No saben la alegría que nos dio la llamada que nos hicieron a mi esposa y a mí.

Permítanme decirles que no sé qué sería de nosotros si dejáramos de escuchar sus voces cada semana.

Cuando llegó a nosotros la Christian Science, fue como un rayo de esperanza y desde ese momento nuestras vidas dieron un gran giro en todos los sentidos.

Quiero contarles un testimonio personal. Producto de un problema de la columna vertebral que yo padecía, me daban unos dolores muy fuertes en el nervio ciático, al punto de que a veces no podía prácticamente caminar. Los calmantes no me aliviaban, y en las mañanas me costaba mucho trabajo ponerme de pie. Pero a partir del momento en que llegó a nosotros Ciencia y Salud, en menos de un mes y medio el dolor desapareció por completo, y yo llevaba padeciendo de esto varios años. No he vuelto a sufrir más de ese problema.

Ahora me despido de ustedes. Les deseo a todos mucha salud y bienestar.

Gracias, se despide de ustedes un amigo,

Nota: Queridos amigos, cuando nos escriban sírvanse incluir su número de teléfono para que nos podamos comunicar con ustedes.

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