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El Heraldo de la Christian Science llega a Asia

Del número de febrero de 2003 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


AL INICIARSE la década de los sesenta, los continentes latinoamericano y europeo estaban bien provistos con varias ediciones de El Heraldo de la Christian Science. Era hora de que las naciones del vasto subcontinente asiático recibieran el Heraldo.

En enero de 1960, La Junta Directiva de la Christian Science le pidió a Helen Wood Bauman, en ese entonces redactora de las publicaciones periódicas de La Sociedad Editora de la Christian Science, y a George Nay, Redactor Adjunto del Heraldo, que consideraran la posibilidad de producir una edición asiática semestral de la revista.

A continuación se hizo una investigación sobre los diversos idiomas que se hablaban en la región, y se hicieron reuniones para determinar cuáles de ellos debían incluirse en esta nueva publicación. La cantidad de idiomas a elegir era importante porque afectaría el número de páginas dedicado a cada lengua, si se le daba igual tratamiento a cada una de ellas. Hubo propuestas de entre tres y cuatro idiomas, aunque el informe que Bauman y Nay enviaron a los Directores dejaba bien en claro que no sería posible cubrir una parte tan vasta del mundo con sólo cuatro de ellos.

Se tuvieron en consideración las siguientes lenguas: chino mandarín, japonés, malayo, hindi, dravidiano, urdu, bengalí, gujarati y temil. No obstante, el informe recomendaba que el nuevo Heraldo multilingüe incluyera chino, japonés, hindi y malayo.

Alentados por la respuesta al informe, siguieron adelante con el proyecto. El 26 de abril de 1960, Nay escribió confidencialmente a la Junta Directiva diciéndoles que la edición asiática se estaba concretando y que habían resuelto algunas cuestiones sobre el diseño. Pero entonces, debido a las regulaciones del correo, el proyecto se detuvo. Se descubrió que los precios postales de segunda clase se aplicaban únicamente a las publicaciones que se editaran cuatro o más veces al año. Puesto que la edición asiática estaba diseñada para ser publicada sólo semestralmente, no calificaba.

Mientras se pensaba sobre este particular, la Administración Fideicomisaria de La Sociedad Editora de la Christian Science continuó examinando otros costos asociados con la nueva edición. Los Fideicomisarios empezaron a tener dudas sobre la sabiduría de seguir adelante con el proyecto debido a que había muy poca demanda local por la revista en el área de cada uno de los cuatro idiomas que estaban considerando. Esto significaba que la red normal de distribución — o sea las Salas de Lectura — no estarían disponibles. Además, en sus comunicaciones con los Fideicomisarios, los Directores habían indicado varias veces su deseco de que la revista fuera apoyada por la gente que residía en la zona donde se hablaba el idioma, y no tan sólo por los estudiantes de la Christian Science de los Estados Unidos. En aquel entonces, muchos estadounidenses se habían suscrito a los Heraldos para apoyar la obra misionera en el exterior.

Para el 26 de mayo de 1960, los Fideicomisarios habían llegado a la conclusión de que debían ser cautelosos, y escribieron a los Directores diciendo: "Queremos destacar que en este caso nuestras razones no son meramente económicas, sino que se basan en nuestra responsabilidad de publicar teniendo en cuenta los resultados que se pueden esperar de acuerdo con sólidas políticas y prácticas editoriales. Hemos llegado a la conclusión de que un Heraldo asiático en varios idiomas no tendría el impacto suficiente y no debería publicarse en este momento". Los Directores respondieron a los Fideicomisarios diciendo que diferían la decisión sobre un nuevo Heraldo para fin de año. Mientras tanto, ansiosos de producir la nueva edición, Bauman y Nay continuaron su trabajo.

La revista tenía que ser revisada por censores gubernamentales.

Para diciembre de 1960, los Directores estaban a favor de publicar cuatro Heraldos pequeños separados, pero en realidad se inclinaban por dos de ellos, indonesio y japonés. Los archivos no dicen por qué eligieron esos dos idiomas, pero el hecho es que tanto Indonesia como Japón tenían filiales de La Iglesia de Cristo, Científico, y Salas de Lectura de la Christian Science lo que indudablemente fue un factor en la decisión. Una vez informado de esto, Nay aconsejó que debían "comenzar con indonesio y japonés y anunciar que el hindi vendría luego".

Un mes después, tras muchas tratativas con los Fideicomisarios, los Directores se inclinaron por comenzar con las ediciones en japonés e indonesio solamente. Siguieron varios memorandos, indicando la circulación y ventas proyectada. Finalmente, el 17 de marzo de 1961, los Directores específicamente pidieron que las ediciones en japonés e indonesio del Heraldo comenzaran el 1º de enero de 1962.

Debido a las regulaciones gubernamentales de Indonesia, la revista necesitaba ser revisada por censores gubernamentales. Afortunadamente, la revisión y aprobación de los censores se produjo relativamente rápido. Las páginas para la revista fueron diseñadas en Indonesia y luego enviadas para ser impresas en los Estados Unidos. Y puesto que no se permitía que saliera dinero de Indonesia, cualquier ganancia por las ventas tenía que permanecer en el país y destinarse al desarrollo de la Christian Science en Indonesia.

En aquella época, Adele Blok comenzó a jugar un papel muy importante en el progreso de la Christian Science y del Heraldo. Blok, junto con unos pocos Científicos Cristianos, hizo mucho para que el gobierno aprobara artículos que se publicarían en la primera y en las siguientes ediciones del Heraldo. Con la ayuda de Blok y de otros trabajadores en Indonesia, la revista trimestral cumplió con su objetivo y se publicó en enero de 1962.

La publicación del Heraldo en indonesio continuó sin grandes cambios hasta los años 90. En ese momento se lanzó un nuevo diseño y se quitaron las páginas en inglés. Los Directores siempre habían insistido en que dichas revistas debían publicarse para quienes hablaran un idioma distinto que el inglés.

Por un corto período de tiempo, se transmitió un programa de radio en indonesio. Se centraba principalmente en la Lección Bíblica Semanal del Cuaderno Trimestral de la Christian Science. Los programas fueron descontinuados cuando se redujeron las actividades de divulgación de la Iglesia.

A fines de la década de 1990, se dieron los pasos necesarios para imprimir la edición en indonesio en Indonesia, y permitir que los estudiantes de la Christian Science de ese país tuvieran que ver con el contenido y diseño de la misma. Esto llevó a que se produjera un cambio en formato y diseño que le permite al Heraldo responder más específicamente a las necesidades de Indonesia y de quienes buscan espiritualidad en ese país.

Importante contribución de una mujer

SI USTED habla en Indonesia con cualquier Científico Cristiano sobre El Heraldo de la Christian Science, tarde o temprano, surge el nombre de Adele Blok. Quizás más que ninguna otra persona, ella llevó el estudio de la Christian Science a los indonesios específicamente.

Como sucedió en otros países fuera de los Estados Unidos, los servicios religiosos y reuniones relacionadas con la Christian Science, eran celebrados por gente que iba a Indonesia por razones de negocios, como turistas o residentes de una potencia colonial. Puesto que Indonesia era una colonia de los Países Bajos, el idioma holandés tuvo gran influencia en esa nación. Y Carl Winkel, cuya historia contamos en esta sección, observó al hablar con el personal del Heraldo que los indonesios muchas veces asistían a los servicios religiosos de la iglesia de la Christian Science que se hacían en holandés e inglés.

Adele Blok había buscado espiritualidad por muchos años antes de conocer la Christian Science. Sus padres eran holandeses pero su familia tenía diferentes orígenes, y eso la alentaba a reflexionar y a pensar cuál era su lugar en el mundo. En un artículo autobiográfico ella escribe: “Desde que recuerdo, había escuchado las oraciones del Islam que se oían desde las torres de las mezquitas musulmanas situadas por encima de la ciudad. La reverencia a Dios estaba profundamente arraigada en mi herencia indonesia, pero mi herencia occidental me demandaba que comprendiera mi propósito individual en el universo de Dios”. Adele Blok, “Search and Discovery in Indonesia,” in Marcy Babbitt, Living Christian Science: Fourteen Lives (Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall, 1975), pág. 4. Ella leía mucho a los maestros espirituales de todas las religiones. Sus padres eran protestantes, pero no eran profundamente religiosos.

Cuando fue más grande, hizo una carrera en danza moderna y deseaba formar una escuela de danza para jóvenes en Indonesia. Teniendo esto en mente, ella y su hermana fueron a Austria para capacitarse en música y danza. Esto ocurrió en 1938, cuando las tropas de Hitler invadieron Austria, y ambas sufrieron directamente los resultados de la depresión y la violencia. Estas condiciones guiaron a las jóvenes a mudarse a París para continuar sus estudios, y allí conocieron a gente de muchas nacionalidades, razas y culturas. Blok después escribió: “Llegué a la conclusión de que éramos todos iguales en nuestros ideales. Nuestras caras y vestidos eran diferentes, hablábamos idiomas distintos, pero el empuje de nuestra búsqueda interior era hacia la meta de la igualdad entre los pueblos y la norma del bien universal”. Ibid., pág. 6.

Durante la guerra, ella y su hermana regresaron a Indonesia y abrieron una escuela de danza. Cuando los Países Bajos cayeron en poder de los alemanes en 1940, Indonesia fue muy poco afectada porque se encontraba muy lejos de su madre patria en Europa. No obstante, dos años más tarde, en 1942, los japoneses invadieron Indonesia y ésta se transformó en un país ocupado.

En ese momento, ella y otros jóvenes, se vieron ante un dilema: por un lado, su herencia holandesa les decía que debían apoyar a la madre patria, pero por otro, se preguntaban, si no era hora de que Indonesia fuera una nación independiente.

Puede parecer extraño que esto ocurriera mientras Indonesia estaba bajo el firme control japonés, no obstante, Blok y los otros no se desanimaron. Ella escribió: "Con la vehemencia y determinación de la juventud, sin pensar siquiera en la prudencia, mi hermana y yo expresamos abiertamente nuestras opiniones políticas. Los rumores se divulgaron. Fuimos arrestadas varias veces y puestas en prisión para interrogarnos".

La pusieron en confinamiento solitario durante los primeros tres días de prisión, sin alimentos. Ella comenzó a pensar profundamente en Dios. "Lo que más me ayudó fue un proverbio asiático: 'Considera lo que los hombres te hagan a ti como un acto de Dios hacia ti, y lo que tú les hagas a los hombres, como un acto de ti hacia Dios'.

"Me pregunté: ¿Por qué me hizo esto Dios? Yo sabía que Dios es bueno, de modo que tenía que haber algo en mí que merecía este tipo de tratamiento. Al buscar dentro de mí la razón, encontré muchas. Yo había sido un ser humano muy insatisfecho, pero mi mayor defecto era la ingratitud que sentía por la vida... Yo no había pensado en la belleza del universo, los cielos, los árboles, la hierba, cuando avanzaba quejándome en la vida. Por ejemplo, no había sido agradecida por la comida y a menudo la tiraba a la basura; y ahora no tenía nada para comer.

“Comencé a purificar mi corazón y mi mente y le prometí a Dios que sería diferente. Entonces, una noche comprendí que era inútil juzgar a los demás porque la verdad era que toda la humanidad estaba unida en una búsqueda de libertad y felicidad. Decidí que cuando saliera de prisión me dedicaría a ayudar a la humanidad la liberarse de la opresión. Yo no sabía cómo hacer eso, no obstante, mi dedicación me acercó a Dios”. Ibid., pág. 8.

Si bien ella y su hermana fueron liberadas de la prisión después de haber sido concienzudamente interrogadas por los japoneses, las siguieron vigilando. Muchos holandeses habían sido puestos en campos de internación, y Blok y su hermana fueron interrogadas en más de una ocasión.

Ella continuó orando y escuchando la guía de Dios. Hasta que sintió que debía mudarse a Yakarta. Puesto que esto significaba dejar a su hermana e ir a una ciudad con muchos habitantes que ya estaba sufriendo la escasez propia de la guerra, no fue fácil dar ese paso. Pero Blok y dos de sus ayudantes hicieron el viaje.

Ella tuvo muchas experiencias en Yakarta, pero una de las más importantes ocurrió cuando fue arrestada por la policía militar y puesta en condiciones que la hicieron llegar al borde de la locura. Ella escribió: “Apretujada en una pequeñísima celda con otras siete mujeres, y bichos que andaban por todas partes, estuve cerca de sufrir un colapso mental, que atravesó todas las etapas de la desesperación, desde repulsión hasta lástima de mí misma, y la repetición constante de un argumento: ‘Tienes que ceder. Ya has visto lo suficiente para saber que no hay justicia en la tierra y que no tiene sentido tratar de vivir una buena vida. ¿Por qué no dejar de esforzarse y aceptar que el mal es un hecho? Pierde el sentido. Escápate de la realidad, pierde la conciencia...’

“De pronto tuve una visión mental de lo que sería mi futuro si no resistía la tentación de perder la razón. En ese momento, decidí que nunca admitiría que el mal pudiera ser más fuerte que el bien, y recuperé mi serenidad”. Ibid., pág. 11.

Poco después, fue transferida a otra prisión y luego le permitieron regresar a Yakarta. Un día el padre de una de sus alumnas de danza le mencionó que la había visto con la policía militar, y le preguntó si había leído el libro Ciencia y Salud de Mary Baker Eddy. En su ensayo autobiográfico ella comenta: “Aunque pensaba que había agotado todos los libros sobre metafísica, éste me era mente desconocido. Pedí prestado el libro”. Ibid., pág. 11.

El viaje espiritual a través de Ciencia y Salud, respondió muchas de las preguntas con las que había estado luchando toda su vida. “Al continuar leyendo, hubo momentos sagrados e inolvidables, en los que supe que era la hija de Dios, y que podía ver a los demás en sus identidades espirituales como hijos de Dios. En humildad, comencé a abrir la puerta de mi pensamiento a la comprensión del Cristo”.

Cuando comprendió que a través del estudio de este libro ella también podía sanar a la gente por medios espirituales, sintió que finalmente había encontrado la forma de servir a Dios y ayudar a la humanidad. “Percibir estas verdades durante esa primera lectura, fue para mí una revelación tan grande, que salí corriendo del cuarto y les dije a mis ayudantes: ‘He encontrado la Verdad’...

“Mis ayudantes fueron a los puestos de libros de segunda mano y compraron varios ejemplares de Ciencia y Salud, y comenzamos a estudiar este hermoso libro todos los días. Nosotras primero creímos que se trataba de un libro viejo, algo olvidado. Pero lo que íbamos comprendiendo parecía demasiado vital, demasiado importante, como para estar perdido para el mundo. Nos pareció que el libro podría ayudar a mucha gente. Entonces decidimos empezar una iglesia de la Christian Science. No sabíamos que la Sra. Eddy ya había fundado un movimiento mundial, ni que en 1925 habían establecido una iglesia de la Christian Science en Yakarta, y otras en Bandung y Surabaja antes de eso”. Ibid., pág. 13.

Cuando ella y sus ayudantes comenzaron a estudiar Ciencia y Salud, la guerra llegaba a su fin, y empezaba un gran movimiento para obtener la independencia del poder holandés.

En 1945, muchos estudiantes de la Christian Science holandeses habían sido liberados de los campos de internación japoneses y se habían ido del país. A medida que la lucha por la independencia aumentaba, se fueron muchos más. Durante ese período, Blok se reunió con otros Científicos Cristianos en Yakarta para reorganizar la Iglesia de Cristo, Científico, en esa ciudad. Los primeros servicios dominicales se celebraron en su escuela de danza en mayo de 1946, aunque después se mudaron a otro lugar.

Como mencionó Blok: “Para cuando todos los holandeses fueron expulsados del país, la iglesia tenía suficientes miembros indonesios como para seguir adelante. A esa altura yo ya había renunciado a mi ciudadanía holandesa y aceptado la nacionalidad indonesia, por lo que podía quedarme, y poco a poco más personas indonesias comenzaron a llegar a nuestros servicios religiosos”.

Blok continuó siendo una trabajadora y sanadora infatigable a medida que su nación obtenía su independencia a fines de los años 40, y resolvía los innumerables asuntos políticos y sociales conectados con una nación independiente. En el proceso ayudó a llevar El Heraldo de la Christian Science y otra literatura religiosa a su pueblo. Como practicista y maestra de la Christian Science también fue un invalorable ejemplo de amor desinteresado por la humanidad, y de las bendiciones que vienen cuando se tiene un profundo compromiso con Dios.

Experiencias de un ciudadano holandés

Durante muchos años, Indonesia estuvo bajo el poder de Holanda, y entre los ciudadanos holandeses estaba Carl Winkel, quien actualmente vive en Estados Unidos. En el momento que Indonesia obtuvo su independencia él vivía en Yakarta. En este artículo cuenta la experiencia que tuvo ese día, y en otra ocasión cuando él y su esposa estaban en dicha ciudad.

Celebrábamos servicios religiosos en Yakarta los domingos por la mañana en inglés y por la tarde en holandés. Los miércoles alternábamos; un miércoles la reunión era en inglés y el siguiente en holandés.

El día que Indonesia obtuva la independencia era un miércoles y nos dijeron que todos los europeos debíamos quedarnos en nuestras casas, porque nadie sabía lo que podría ocurrir, no sabían si la transición iba a ser pacífica o no. Al principio no sabíamos qué hacer con la reunión de testimonios del miércoles, pero sentíamos que teníamos que celebrarla. Para llegar a la iglesia yo tenía que pasar por el palacio presidencial, y sabía muy bien que necesitaba orar por mi seguridad, ya que habría mucha actividad en esa zona. De modo que oré partiendo de la idea de que “nos amamos los unos a los otros”. Yo sabía que la protección divina estaba siempre presente, no obstante, me sentía intranquilo.

Entonces me dije: “¿Por qué no elevo más alto mi pensamiento? En lugar de preocuparme por lo que ocurre en las calles, puedo afirmar mi unidad con Dios y que nunca puedo estar separado de Él”.

Tenía que salir de casa de camino al servicio casi a la misma hora en que Sukarno, el nuevo Presidente de Indonesia, daría un importante discurso enfrente del palacio. Pensé que habría muchísima gente allí, pero que tan pronto Sukarno empezara su discurso todo estaría muy tranquilo.

Pero Sukarno dio un discurso muy corto y para cuando llegué a esa parte de la ciudad, había miles de indonesios en las calles. Pero, nadie me prestó atención, en realidad sentí como que era invisible. De modo que llegué a la iglesia muy contento por no haber tenido ningún problema, y tuvimos un servicio maravilloso.

En otra ocasión, mi esposa y yo íbamos de camino al servicio vespertino del domingo. Yo había recogido todo el dinero de la colecta del servicio religioso de la mañana, y como en aquel entonces yo era el Lector a cargo, llevaba conmigo mis libros y todo lo demás que necesitaba para conducir el servicio. Tomamos una betja, taxi de tres ruedas, para visitar unos amigos antes de ir a la iglesia. En ese tipo de vehículo dos personas se sientan adelante y el conductor pedalea desde atrás. Después de que entramos en la casa de nuestros amigos, me di cuenta de que me había dejado los libros y el dinero en la betja. Fui a la estación de policía de inmediato para reportar lo sucedido. Los policías se rieron y dijeron: “¿Un conductor de betja? Esos roban todo lo que pueden. Está todo perdido”.

Pero yo no quería aceptar la idea de que esas personas fueran ladrones. Cuando regresamos a la casa de nuestros amigos, mi esposa y yo declaramos que la naturaleza propia de todos era espiritual y buena, que nadie podía ser condenado a ser un ladrón, porque todos estamos hechos a semejanza de Dios, y otros conceptos semejantes.

De pronto, uno de los invitados dijo: “¿Qué está haciendo ese conductor de betja allí afuera? Se la pasa recorriendo la calle de un lado a otro todo el tiempo”. Yo me imaginé que era el hombre que nos había traído y no podía recordar dónde nos había dejado. Salí a encontrarme con él y me dio todas mis cosas. No faltaba nada. De modo que le dije a la gente: “No me digan que los hombres que conducen las betja son gente deshonesta”.

Viví tres años y medio en Indonesia antes de partir rumbo a los Estados Unidos vía los Países Bajos. Realmente valoro mucho la experiencia que viví en aquel país porque aprendí mucho acerca de Dios.

Los años 60: Década de disturbios y progreso

Mucha gente considera la década de 1960 como una época llena de disturbios políticos y sociales, incluso de revoluciones en varias naciones. Por ejemplo, en 1965 en Indonesia, un complot de algunos oficiales del ejército amenazaron el gobierno del Presidente Suharto; entre 1966 y 1969 se produjo la Revolución Cultural en China; y en los Estados Unidos creció la oposición contra la Guerra de Vietnam y la lucha en pro de los derechos civiles de los estadounidenses de color. Todos estos hechos tuvieron un impacto significativo.

Mientras tanto, se estaba produciendo otra revolución, aunque sus efectos no se sentirían sino hasta años después. ARPAnet, una red de computadoras gubernamentales y militares de los EE.UU., desarrollada a fines de los años 60, fue la precursora de lo que es hoy Internet. En menos de una década, el Internet ha transformado las comunicaciones locales, nacionales y globales, y ha hecho posible que todo aquel que tiene acceso a una computadora se pueda comunicar con otra persona prácticamente en cualquier parte del mundo.

1960

• El Parlamento Canadiense aprueba la ley para establecer la Declaración de Derechos y garantías individuales para sus ciudadanos. En 1982, la misma fue ampliada y se transformó en la Carta Constitucional Canadiense de Derechos y Libertades Civiles.

Ciencia y Salud es traducido al italiano.

• Se establece la Asociación Europea de Libre Comercio.

1961

• Yuri A. Gagarin, cosmonauta soviético, es el primer hombre en viajar al espacio.

• Se construye el muro de Berlín.

• El chip de silicona es patentado por Texas Instruments en los EE.UU.

1962

•El Papa Juan XXIII inaugura el Segundo Concilio Ecuménico del Vaticano, que modernizaría la Iglesia Católica Apostólica Romana.

•Se publican por primera vez las ediciones de El Heraldo de la Christian Science en indonesio y japonés.

1963

•Valentina Tereshkova, cosmonauta soviética, se transforma en la primera mujer en viajar al espacio.

•Se publica la primera edición de Ciencia y Salud en portugués.

•Las Naciones Unidas ponen a Nueva Guinea Occidental (hoy llamada Irian Jaya) bajo el control de Indonesia.

1964

•Los Beatles, un grupo de rock británico, aparece en el programa de Ed Sullivan en la televisión; la “Beatlemania” se extiende por todas las Américas.

•Comienza la publicación del Heraldo en griego.

1965

•Early Bird, el primer satélite comercial de comunicaciones, transmite programas de televisión entre los EE.UU. y Europa.

1967

•Se forma la Comunidad Europea como resultado de la unión de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (ECSC), la Comunidad Europea de Energía Atómica (Eurotom), y la Comunidad Económica Europea.

•Israel inicia la Guerra de los Seis Días contra Egipto, Jordania y Siria

1968

•EE.UU. lanza el primer viaje tripulado por el hombre para orbitar la luna.

1969

•Comienzan las tratativas sobre la limitación de armas estratégicas diseñadas para limitar el arsenal de misiles nucleares de cada nación, entre los EE.UU. y la antigua Unión Soviética.

•Delegados de Irian votan para seguir siendo parte de Indonesia.

•Los astronautas estadounidenses Neil A. Armstrong y Edwin E. Aldrin, Jr., son los primeros seres humanos en aterrizar en la luna.

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