Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Curación de adicción al tabaco

Del número de mayo de 2004 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Conocí la Christian Science por intermedio de una buena amiga y desde el comienzo la estudié con avidez. Las verdades que aprendi y el creciente entendimiento de mi identidad como hija de Dios tuvieron un poderoso impacto en mi vida.

Sin embargo, años más tarde me hice adicta a la nicotina. Lo que comenzó como una moderada atracción hacia los cigarrillos, se transformó rápidamente en un hábito, y muy pronto parte de mi rutina incluía comprar una cajetilla de camino al trabajo y otra cuando regresaba a mi casa.

Con el tiempo, reduje considerablemente el número de cigarrillos que fumaba, pero parecía estar sufriendo de una especie de autohipnosis, que me hacía creer que no podía dejar el vicio por completo. Hasta me resistía a dejar de ir a comprarlos, pues eso también se había transformado en un hábito.

Si, soy fiel a Dios.

Continué estudiando Ciencia y Salud y asistiendo regularmente a la iglesia. La búsqueda de Dios adquirió para mí una importancia suprema. Me encantaba la percepción espiritual que había adquirido acerca de Su naturaleza. En ese proceso de búsqueda, comencé a darme cuenta de que el cigarrillo se estaba interponiendo en mi intención de ser fiel a Dios.

Luego, gradualmente, comencé a advertir un cambio en la forma en que pensaba respecto al hábito de fumar, que me parecía cada vez más desagradable. De hecho, el sabor del tabaco empezó a parecerme tan repulsivo que solía ponerme un caramelo en la boca, aun cuando fumaba. Además, comprendí que, en lugar de darme placer o satisfacción, el hábito estaba consumiendo mis energías.

Una mañana abrí Ciencia y Salud en la página 267, donde encontré un pasaje que me ayudó. Se refiere a un versículo bíblico y amplía su significado: “'Bienaventurado el varón que soporta [vence] la tentación, porque cuando haya resistido la prueba [haya sido encontrado fiel], recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman (Santiago 1:12)’”. Me impactó la frase “haya sido encontrado fiel”, pues ese aspecto en particular se había vuelto importante en mi búsqueda espiritual. Afirmé mi compromiso para con Dios y con todo mi corazón pude decir: “Si, soy fiel a Dios”. No dije: “Me gustaría ser fiel” o “En el futuro seré fiel”, sino que comprendí que ya lo era en ese mismo momento. A partir de ese instante, la adicción, que me había parecido tan difícil de vencer, desapareció por completo. Esto ocurrió hace casi dos años y nunca más he vuelto a pensar en fumar ni he tenido la necesidad de hacerlo.

Lo notable del caso es que en el momento en que declaré mi compromiso incondicional con Dios, Él hizo desaparecer hasta el recuerdo de una adicción que me había perturbado mucho. Fue como si nunca hubiera fumado, como un espejismo que se disolvió, desapareció y fue olvidado.

Esta curación me demostró que una declaración sincera de fidelidad a Dios abre las puertas para que el poder divino produzca en nuestra vida el cambio necesario, de acuerdo con Su principio. Estoy profundamente agradecida por las verdades espirituales que están disponibles mediante la Christian Science.


Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / mayo de 2004

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.