Conocí la Christian Science por intermedio de una buena amiga y desde el comienzo la estudié con avidez. Las verdades que aprendi y el creciente entendimiento de mi identidad como hija de Dios tuvieron un poderoso impacto en mi vida.
Sin embargo, años más tarde me hice adicta a la nicotina. Lo que comenzó como una moderada atracción hacia los cigarrillos, se transformó rápidamente en un hábito, y muy pronto parte de mi rutina incluía comprar una cajetilla de camino al trabajo y otra cuando regresaba a mi casa.
Con el tiempo, reduje considerablemente el número de cigarrillos que fumaba, pero parecía estar sufriendo de una especie de autohipnosis, que me hacía creer que no podía dejar el vicio por completo. Hasta me resistía a dejar de ir a comprarlos, pues eso también se había transformado en un hábito.
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