La Biblia está llena de historias de gente que vivió oprimida por gobiernos injustos e incluso muy crueles. Entre ellos se encuentra el relato en el antiguo Testamento de los israelitas y la infinidad de desafíos que enfrentaron bajo el yugo egipcio.
No obstante, ellos fueron liberados. Más tarde, cuando Jesús nació, el rey Herodes, debido a los celos que sentía por el nacimiento de un nuevo “rey”, ordenó que mataran a todos los niños varones menores de dos años. Aún así, Jesús se salvó porque su familia huyó a Egipto. Herodes no pudo hacerle daño al Cristo. En otro caso, autoridades tiránicas comisionaron al Apóstol Pablo para que persiguiera a los cristianos, y así lo hizo, hasta que él mismo se convirtió en cristiano.
Algunos gobiernos todavía cometen injusticias en contra de sus propios ciudadanos, restringiendo su libertad personal y política. A pesar de ello, a lo largo de los siglos, el mal ha sido consecuentemente derrotado por el bien.
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