¡Es un hecho! Ha comenzado la cuenta regresiva para los Juegos Olímpicos de Atenas. En una ceremonia oficial en Grecia, la antorcha olímpica fue encendida con los rayos del sol el 25 de marzo. Esta antorcha recorrió 27 países en sis continentes, antes de regresar a Atenas para la ceremonia inaugural.
Aunque la emoción continúa en aumento, una larga sombra se cierne sobre los Juegos. Se plantean serios interrogantes y críticas sobre la seguridad y sobre los diferentes centros donde se realizarán los eventos que, al escribir este artículo, aún no se habían terminado de construir.
La primera vez que escuché las noticias con estas críticas en la televisión australiana me sentí pesimista. No obstante, me pregunté si el pensar negativamente serviría de algo. ¿Tenía que estar de acuerdo con la idea de que los centros de deportes no iban a estar terminados a tiempo? ¿O que los atletas y concurrentes no iban a estar a salvo de actos terroristas? Si soy una entusiasta de estos Juegos, ¿por qué no hacer algo constructivo, como orar?
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