Después de seis años de casados y con un niño pequeño, descubrí que mi esposo tenía una relación fuera del matrimonio. Tal fue el golpe que casi no podía creerlo, especialmente porque en nuestro hogar no había ningún tipo de problema.
Recuerdo que oraba y le pedía a Dios que me guiara y me diera fortaleza. Hacía muy poco tiempo que había comenzado a leer el libro Ciencia y Salud, y a entender mi relación con Dios, como hija de un Padre-Madre divino del todo afectuoso. Estas ideas que iba aprendiendo las podía aplicar para los demás, pero cuando me tocó a mí personalmente, descubrí que me resultaba muy difícil hacerlo.
Esto me llevó a acudir a una amiga que es practicista de la Christian Science para que me ayudara con su oración. Entre otras cosas, ella me dijo que Dios nos amaba y nunca desamparaba a Sus hijos.
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