Las voces, los sonidos
intentarían ocultar Su voz
mas el mensaje llega,
diáfano, luminoso.
"Eres Mi hija y te amo",
y aquieta el ulular del viento,
el batir de la ola,
el clamor de los tiempos.
Radiante, como la estrella de la primera Navidad,
la idea Cristo nace en mi corazón
y en mi conciencia.
Una vez más
Emanuel manifiesta Su presencia.
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