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"¿Me quedo en la cama o me levanto?"

Del número de noviembre de 2006 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Esto me pregunté una mañana en que debía hacer una gestión muy importante y me desperté con todos los síntomas de gripe. Pensé que tendría que hacer largas colas de muchas horas a la intemperie. Sin embargo, de inmediato recordé que, varias décadas atrás, yo había sufrido de gripe cada invierno y cómo la Christian Science me había sanado. Entonces me levanté resuelta a hacer esos trámites.

Cuando había recurrido antes a la oración para hacer frente a este problema, una cita de Ciencia y Salud me había sido de mucha ayuda. Dice: "El pinzón de las nieves canta y se remonta entre ráfagas de viento, no tiene catarro por haberse mojado las patas... La atmósfera de la tierra, más benigna que la atmósfera de la mente mortal, le deja a ésta el catarro. Los resfriados, la tos, el contagio son engendrados únicamente por las teorías humanas". Ciencia y Salud, pág. 220.

El término "mente mortal", había aprendido, se refiere a los pensamientos que no provienen de Dios; pensamientos que nos dicen que estamos enfermos y tenemos síntomas de malestar.

Pero, cuando vamos aprendiendo que somos hijos amados de Dios y que reflejamos a la Mente divina, comprendemos la necesidad de negar esos pensamientos como irreales, porque no son verdad acerca de la relación que existe entre Dios y nosotros.

Lo mismo ocurre con los pensamientos que nos dicen que nos hemos contagiado de algún mal.

Así es que, esa mañana, después de levantarme, me apoyé decididamente en Dios, reconociéndome a mí misma como Su reflejo espiritual, libre de todo malestar y resfrío. Pensé en esta cita de Ciencia y Salud: "Sintamos la energía divina del Espíritu que nos lleva en vida nueva y no reconoce ningún poder mortal o material capaz de destruir cosa alguna". ibíd., pág. pág. 249.

Las ideas de este libro, junto con el mensaje que la Biblia tiene para nosotros en sus historias y salmos, son como un timonel de nuestro pensamiento.

Encuentro mucha paz cuando leo, por ejemplo, el Salmo 91, donde dice: "El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del omnipotente". Este Salmo también también habla de cómo el Amor divino puede protegernos de pestes y de todo mal.

Al mantener presente estos pensamientos durante el día, obtuve la energía y alegría que necesitaba para llevar a cabo todo lo que tenía que hacer. Y esto tuvo sus resultados, pues cuando regresé a casa algunas horas más tarde, me sentía perfectamente bien.

Hoy, estas ideas de mi relación con Dios se han afianzado en mí y no he sufrido más de esos malestares. El estudio de la Christian Science me trace cada día pruebas fehacientes del cuidado que Dios prodiga a todos Sus hijos.

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