Recientemente, las autoridades en los Estados Unidos hicieron redadas en comercios, arrestando a inmigrantes indocumentados de hable hispana y deportándolos. Esto produjo un clima de temor e indignación entre la población hispana.
¿Qué les sucede a los niños nacidos en los Estados Unidos y a los cónyuges legales de los deportados? La separación de familias se está transformando en un hecho triste y frecuente en la vida de los inmigrantes. Los que apelan al proceso de deportación descubren que las cortes actúan con lentitud y que el sistema legal está abrumado de pedidos.
Por otro lado, para los ciudadanos estadounidenses, puede que parezca que su país está invadido por la cultura hispana. Existe el temor de perder sus empleos a causa de los inmigrantes, y con frecuencia está el resentimiento hacia los indocumentados que reciben servicios sociales y llenan las escuelas. Los comercios a veces tienen miedo de contratar incluso a inmigrantes legales, porque no quieren tener problemas con los trámites y con la intervención del gobierno. Asimismo, los inmigrantes, documentados e indocumentados, están cada vez más conscientes del prejuicio y la xenofobia que existe.
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