En una ocasión, estaba estudiando las palabras de Jesús, “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12), cuando experimenté una iluminación espiritual que me permitió percibir cómo pudo Jesús sanar a diez leprosos a la vez (véase Lucas 17:12-19).
Esa breve vislumbre me demostró algo de nuestra realidad espiritual y cómo podemos sanar y ser sanados rápidamente mediante el tratamiento de la Ciencia Cristiana.
Hace varios años, un dentista me sacó un diente que tenía infectado. Después de la cirugía, me dijo que estaba preocupado porque la infección se había extendido. Me dio unos antibióticos, pero yo no los tomé. Al día siguiente, me sentí muy enfermo debido a la infección en la boca, y hablé con una amiga de la Ciencia Cristiana sobre el tema. Me dijo que ella salía de viaje ese mismo día a medianoche, y que oraría por mí entonces. Cuando me desperté a la mañana siguiente, la condición había sanado por completo, y nunca se volvió a presentar. Aunque no conozco los detalles exactos de su oración científicamente cristiana, estoy convencido de que su comprensión espiritual y el tratamiento de la Ciencia Cristiana que hizo por mí produjeron mi rápida curación.
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