Cuando las familias y los amigos se reúnen, especialmente durante las fiestas, con frecuencia dan gracias a Dios por las bendiciones recibidas durante el año. ¿Por qué es importante hacerlo? Porque cuando nuestras palabras son inspiradas por un amor profundo y sincero a Dios, esa gratitud es mucho más que una expresión tradicional de cortesía: trasciende lo superficial y se transforma en una oración sanadora de alabanza a Dios.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!