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El calentamiento global y la oración

Todos pueden enfrentar el desafío del calentamiento global con acciones inspiradas, empatía e ingenio, impulsados por UNA CONSCIENCIA ESPIRITUAL + LA ORACIÓN CIENTÍFICA

Del número de julio de 2007 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El calentamiento global y otros impactos negativos causados por los humanos en la biosfera de nuestro planeta, ha provocado un cambio tremendo. Un cambio hacia un futuro nuevo, bajo en carbono. Hacia una Tierra saludable y sostenible. Hacia una nueva manera de pensar.

Nuestra vida con emisiones de CO2 (dióxido de carbono) a base de combustibles fósiles, está cambiando. Nos estamos moviendo de nuestra zona de confort a una nueva zona de confort. A una zona verde. Impulsado por la conservación, el reciclaje, la innovación, la tecnología, la colaboración y la iluminación espiritual, el verde está llegando, y muy rápido.

De hecho, la revolucionaria evolución de un planeta con combustibles fósiles negros desfavorables, a un planeta de combustibles verdes no fósiles favorables, ya se está produciendo. El verde se está transformando rápidamente en el nuevo color de la unidad global.

¿Qué podemos hacer para ayudar usando el sentido común y la Ciencia Cristiana?

Jeffrey Hildner: Hablemos de la responsabilidad, la seguridad y la sinergia; tres dimensiones del acelerado esfuerzo humano por corregir el calentamiento global y cambiar el equilibrio ecológico de nuestro planeta, de la zona de peligro a la zona de seguridad.

Me gustaría sondear más profundamente el tema. El calentamiento global afecta virtualmente todo en nuestro planeta: océanos y costas, selvas tropicales y agricultura, animales y humanos. Los científicos climáticos dicen que el exceso de dióxido de carbono y otras emisiones que atrapan el calor, alteran el equilibrio saludable y natural de nuestro planeta, produciendo condiciones extremas en las temperaturas ambientales, escasez de agua, tormentas violentas e inundaciones.

No obstante, corregir el calentamiento global también tendrá un impacto que afectará todo en nuestro planeta. Las medidas correctivas no serán tan fácilmente aceptadas por la compleja infraestructura de la vida diaria: trabajos, investigación científica, industria, comercio, finanzas, gobierno, política interna e internacional. Armonizar todos estos elementos tan diversos requerirá de educación, audaces iniciativas, cambios en el comportamiento y determinación. Además de mucha oración.

Sería ideal que esta conversación, profunda y comprensiva, pudiera elevar la discusión sobre el calentamiento global, desde un punto de vista limitado, basado en la materia, a una perspectiva de la Ciencia Cristiana que es única y está al alcance de todos universalmente; una perspectiva espiritual que es a la vez profundamente humana y práctica. Tú y yo ya hemos comprobado cómo una perspectiva de la Ciencia Cristiana puede contribuir a neutralizar cualquier tipo de problema, por más grande que parezca o lo mucho que esté en juego.

RESPONSABILIDAD

Jeffrey: Quiero que nos transportemos por un momento al 1° de febrero de 2007. Ese jueves por la noche, las luces de la Torre Eiffel fueron apagadas por cinco minutos. De hecho, durante esos cinco minutos, las luces estuvieron mortecinas en todo París y en toda Francia. Y durante ese apagón, el consumo nacional de electricidad disminuyó en más de un uno por ciento. Lo que significó que toneladas de dióxido de carbono no fueran liberadas a la atmósfera. Traducción: Durante esos cinco minutos, el Planeta Tierra estuvo más equilibrado, más seguro.

Como informó la BBC, la campaña "apaga la luz" a nivel nacional en Francia, se hizo con "el propósito de que el público tomara conciencia del calentamiento global". Fue planeado con el fin de establecer las bases para la publicación del resumen del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC) de 2007, cuerpo compuesto por 2.500 expertos en el clima, de 113 países reunidos por las Naciones Unidas. El PICC llegó a la conclusión de que la evidencia del calentamiento global es "inequívoca", y que la causa primordial son las actividades humanas, especialmente aquellas que producen dióxido de carbono y otros gases que atrapan el calor. Cada vez que usamos energía que proviene de quemar carbón, petróleo o gas, agregamos dióxido de carbono al aire. De hecho, las actividades humanas son responsables unas 13 veces más del calentamiento de la Tierra, que los cambios en las emisiones solares. El PICC llamó a actuar con urgencia y advirtió de las importantes consecuencias que tendrá.

No obstante —y aquí vienen las buenas noticias— para contrarrestar la sombría evaluación del PICC y su advertencia sobre los riesgos que nos acechan, el informe también dice que las dañinas consecuencias del aumento de las temperaturas se pueden mitigar si actuamos con prontitud.

Las medidas para remediar y transformar la situación están ganando impulso. Los líderes de pensamiento ya están proyectando que la próxima mitad del siglo tendrá "verde en nuestro futuro", exigiendo una profunda transformación de nuestro sistema energético, y el uso de fuentes de energía seguras y limpias para el ambiente. Las inversiones en tecnología verde han aumentado súbitamente. La aventura de las inversiones de capital de Silicon Valley en tecnología limpia —entre ellos productos de energía alternativa, tales como automóviles híbridos, productos solares y el uso de nanotecnología para resolver problemas ambientales— se disparó de $34 millones de dólares en el primer trimestre de 2006, a $290 millones en el tercer trimestre.

Como Científicos Cristianos, debemos tomar todo esto en consideración. Cuando se trata de actuar con prontitud, ¿de qué manera puede ayudar la oración? ¿Cómo puede el mundo fijar un curso, apoyándose en la oración, para tener un buen futuro?

Ron Ballard: Ante todo tenemos que llegar al problema fundamental, y la metafísica de la Ciencia Cristiana nos ayuda a hacerlo.

En su libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, Mary Baker Eddy dice que la mente mortal, o el pensar de los mortales, "nada sabe respecto de sí misma, de sus propias acciones y sus resultados —no sabe que la causa predisponente, remota y ocasional de todos los efectos malos es una ley de la llamada mente mortal y no de la materia".Ciencia y Salud, pág. 393. Si queremos llegar al problema fundamental del calentamiento global, vamos a tener que resolver las suposiciones mentales.

Podríamos decir que, si bien son las emisiones de CO2 las que provocan el calentamiento global, la causa remota que predispone dicha ocurrencia es decididamente mucho más mental. Para mí la causa remota es un concepto erróneo básico respecto a la relación que tiene la humanidad con la tierra. El primer capítulo de la Biblia describe nuestra función en términos de administración: nosotros tenemos que "llenar" la tierra.Génesis 1:28. Llenar significa volver algo a su estado completo, total. Vamos a tener que cambiar nuestro paradigma de ser un consumidor a ser un productor.

Planeta saludable/ Planeta verde – Hoy en día la gente piensa verde

Hay muchísimas formas de apoyar o promover la creación, en lugar de minarla o denigrarla. Por ejemplo, William McDonough, arquitecto de renombre internacional, tiene esta visión: "¿Qué ocurriría si los edificios estuvieran vivos? ¿Qué pasaría si nuestros hogares y lugares de trabajo fueran como los árboles, organismos vivos interactuando activamente con el ambiente que los rodea? Imagínate un edificio, entremezclado con el paisaje que cosecha la energía que proviene del sol, separa carbono y produce oxígeno". "Buildings Like Trees. Cities Like Forests", www.mcdonough.com/writings/buildings_like_trees.htm. Ese "qué ocurriría" ya existe y es tan solo un ejemplo de la infinita gama de ideas que surgen cuando estamos dispuestos a cambiar nuestro parecer.

A mi entender lo que predispone la ocurrencia de este problema es, básicamente, el entendimiento erróneo de cuál es la causa fundamental de la existencia. En una de sus interpretaciones del pasaje del Génesis que mencioné, Mary Baker Eddy dice: "El Amor divino bendice sus ideas y hace que se multipliquen —que manifiesten Su poder... Eso es la Ciencia del ser".Ciencia y Salud, pág. 517-518. Como parte de la creación, nosotros tenemos la función de expresar el poder divino en toda la inteligencia, creatividad y perspicacia que manifiestan a Dios. Este proceso de ninguna manera denigra nuestra participación, sino que la acrecienta, dándonos acceso a reinos de pensamiento más elevados, ampliando nuestros horizontes, y liberándonos de los paradigmas que nos reprimen.

Para poder resolver verdaderamente un problema de épicas proporciones como es el calentamiento global, tendremos que recurrir de esta forma al Infinito. Will y Ariel Durant, en sus estudios de la civilización, observaron que los grandes cambios se producen no tanto por la cantidad de gente, sino por el poder de una idea, a menudo sostenida por unos pocos. Es por eso que la oración puede hacer una diferencia tan grande. Cuando nuestros preconceptos humanos ceden a la inteligencia superior y aprendemos de la Mente divina acerca de su sentido de creación, nuestras oraciones contienen la humildad y el poder de dicha autoridad divina. En este proceso, uno con Dios puede ser mayoría. Una economía BAJA EN CARBONO/ una industria BAJA EN CARBONO/un comportamiento BAJO EN CARBONO

SEGURIDAD

Jeffrey: La gente quiere que la tierra vuelva a ser segura. Pero también quiere cambiar y tener un futuro bajo en contenido de carbono que no tenga efectos secundarios negativos, tal como falta de empleo, vidas trastornadas y pobreza. Y pienso que este cambio tiene que estar apoyado por la oración para que todo resulte bien. Te voy a dar un ejemplo de lo que estoy hablando, y por qué necesitamos tomar en serio este llamado a la oración.

Pensemos por un momento en el maíz.

La revista Business Week hace poco describió las consecuencias globales de usar cosechas como combustible y cómo "se está rescribiendo la economía de la agricultura". El maíz se está transformando en combustible para automóviles y se encuentra en el centro de una masiva expansión de biocombustibles en los Estados Unidos. Pero esto establece una competencia entre el alimento y el combustible. "El maíz se encuentra atrapado en una lucha crítica entre las fábricas de etanol y el alimento, una de las primeras señales del advenimiento de una transformación agrícola y un cambio en la economía mundial.. . Por un lado está Lester Brown, presidente del Earth Policy Institute, quien advierte 'que se viene una competencia de épico alcance entre los 800 millones de personas que tienen automóvil, y los 2 billones de personas más pobres', y predice que la falta de alimentos y el aumento en los precios provocará hambruna y disturbios urbanos"."Food v. Fuel", 5 de febrero de 2007, págs. 80-83.

Ahora pongamos estas estadísticas dentro de la ecuación: Transformar toda la cosecha de maíz de los Estados Unidos en etanol reemplazaría tan solo el 12 por ciento de nuestro consumo de gasolina. La producción de 10 galones de etanol consume la energía equivalente a unos 7 galones de gasolina; y la reducción de gases que producen el efecto invernadero, con etanol de maíz, es minúscula. De modo que desde la página editorial de The New York Times a la de The Wall Street Journal, leemos que el etanol derivado del maíz es una mala idea. Esto dice The Wall Street Journal: "...'emplear etanol para reducir los gases que producen el efecto invernadero es sumamente ineficiente', y cuesta 16 veces más que el costo óptimo de mitigación para remover una tonelada de carbono de la atmósfera"."Very, Very Big Corn", 27-28 de enero de 2007, pág. A8.

El tema del etanol derivado del maíz en EE.UU. ilustra las profundas complejidades y contradicciones que tendremos que enfrentar a medida que avancemos, inevitablemente, de una economía mundial rica en carbono, a una economía mundial baja en carbono, a fin de resolver el calentamiento global.

Entonces ¿cómo puede ayudar una perspectiva de la Ciencia Cristiana? ¿Cómo podemos orar profundamente y con devoción por este asunto, a fin de que las iniciativas sobre el clima no inciten competencia, avaricia, temor, peligro y opresión, sino que armonicen, adapten y beneficien a todos los involucrados?

Ron: La clave aquí es aprender a vivir con seguridad con la creación, y no a salvo de ella. Sólo podemos hacer eso si entendemos que la creación es algo más que una serie de entidades materiales aleatorias que rivalizan por mantener su propia esfera o lugar. ¿Cuál es la verdadera sustancia de la creación?

Probablemente podamos coincidir en que por más que nos liberemos de cualquier objeto material, en realidad no nos hemos liberado de la idea que está detrás de dicho objeto. De ese modo, podríamos estar de acuerdo en que la verdadera sustancia de cualquier objeto es la idea que está detrás del mismo; es la idea la que perdura. La Ciencia Cristiana enseña que las ideas constituyen la verdadera sustancia y nos impulsa a discernir la verdadera naturaleza de las ideas. Sostiene que las ideas eternas y perdurables deben venir de una fuente eterna, y explica que dicha fuente es el Espíritu, no la materia temporal. Por ende, las ideas del Espíritu deben tener la naturaleza del Espíritu, o sea, deben ser espirituales. Si logramos reconocer y apreciar que la verdadera creación existe únicamente en ideas espirituales, y no en objetos materiales, podremos empezar a explorar cómo la Fuente de aquellas ideas divinas ha creado y coordinado el universo de manera que ningún elemento tenga que ser sacrificado o comprometido.

Otro término útil para el Espíritu divino (Dios) es Principio. Muchos observadores de la creación se han maravillado ante sus intrincados detalles, precisión y orden, y han llegado a discernir que algo tan perfectamente complejo y completo sólo se debe atribuir a un principio unificador. Cuando llegamos a comprender que la creación está realmente gobernada por el único Principio divino, podemos apreciar que este Principio tiene la capacidad de mantener armoniosamente todo lo que crea. Este proceso de relaciones armoniosas entre las ideas (gobernadas por el Principio) es lo que la Ciencia Cristiana denomina la "eterna dinámica del ser". Al referirse a la ley por el Principio divino, Mary Baker Eddy escribió: "Explica la eterna dinámica del ser, y demuestra que la naturaleza y el hombre son tan armoniosos hoy como lo fueron en el principio, cuando 'todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada lo que ha sido hecho, fue hecho".Escritos Misceláneos 1883-1896, págs. 258-259.

Cuando oramos por la seguridad y la integridad de nuestro ambiente y los dramáticos efectos del cambio de clima que enfrentamos hoy en día, así como el impacto que corregir estos desequilibrios ambientales tendrá en el empleo, la economía mundial y la vida diaria, nos ayuda a comprender que tenemos un Principio divino que opera continuamente a nuestro favor. Este Principio regula todas las interacciones de su creación con benevolencia, manteniendo su propio sistema divino por toda la eternidad. Si nos alineamos con este plan divino y sus leyes, podremos tener la seguridad de que el resultado será armonioso. Eso es lo que estamos demostrando y probando en nuestras vidas.

Después de todo, cuando oramos no tratamos de que algo tenga el resultado que nosotros queremos; sino que permitimos que nuestro pensamiento se ponga en armonía con lo que ya ha sido divinamente establecido. Con esa clase de humildad intelectual podremos descubrir las soluciones creativas que el Principio divino imparte constantemente.

SINERGIA

Jeffrey: El término sinergia se refiere a la acción positiva y combinada, en la que todos los participantes actúan conjuntamente para beneficio mutuo. Y yo pienso que una respuesta segura y responsable al calentamiento global va a requerir de una sinergia mundial. Idealmente, una sinergia que refleja nuestra afirmación del poder totalmente coordinado y creativo de la Mente divina.

Entre las primeras señales de sinergia mundial que ya podemos observar se encuentran: las elecciones neutras en carbono (apagar las luces, el reciclaje y otras medidas para conservar energía); acciones con carbono negativo (desde programas de créditos que favorecen "el verde" — o sea, la protección ambiental—, a plantar árboles (a lo largo de su vida cada árbol puede remover más de una tonelada de dióxido de carbono de la atmósfera); y lugares de trabajo que se vuelven "verdes". (La Iglesia Madre aquí en Boston ya se ha vuelto verde.)

Las iniciativas climáticas están uniendo diversos segmentos de la sociedad. La revista The Economist informa que "Hace cinco años las corporaciones en los Estados Unidos estaban fuertemente en contra del control de carbono. Pero la amenaza de una serie de regulaciones estatales, aunada a la oportunidad de obtener ganancias con las nuevas tecnologías, comenzó a cambiar las actitudes empresariales... De modo que ahora las voces más altas no están resistiendo el cambio, sino argumentando a favor del mismo"."The Greening of America", 27 de enero de 2007, pág. 9. Una coalición de ambientalistas y algunas de las mejores compañías de los Estados Unidos —entre ellas, DuPont, General Electric, Alcoa, Caterpillar— acaba de emitir un "llamado a la acción" para desarrollar un programa nacional de capital y comercio para limitar las emisiones de gas que producen el efecto invernadero.

¿Cómo puede la oración apoyar e inculcar esta sinergia?

Ron: Uno lo asume al percibir que toda la creación trabaja junta para resolver los temas de la vida. Tomemos como ejemplo el campo del biomimetismo, la disciplina de diseño que estudia las mejores ideas de la naturaleza y luego las imita para resolver algunos de nuestros problemas más apremiantes, tal como aprender a guardar energía como una hoja, computar como una célula, cultivar como una pradera, construir materiales duros como un abalone. Para mí esto es una señal de una premisa metafísica más profunda: El Creador está constantemente revelándose y definiéndose a Sí mismo de maneras buenas, saludables y armoniosas, dirigiendo y apoyando una sinergia, por así decirlo, en la que toda la creación trabaja junta dentro de la unicidad de su Fuente divina. Y la oración que declara este hecho científico de vida puede cambiar el mundo para bien.

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