Un niño epiléptico es sanado. Un hombre ciego de nacimiento ve por primera vez en su vida. Una mujer es sanada después de sufrir de hemorragias durante 12 años. Una mano deformada sana por completo. Jesús realizó éstas y muchas otras curaciones hace más de dos mil años al percibir la naturaleza de Dios, el Espíritu, y comprender que hemos sido creados a Su semejanza. Hoy en día se siguen efectuando curaciones espirituales similares, muchas de las cuales son publicadas en ésta y otras revistas de la Ciencia Cristiana. Este tipo de curaciones no puede menos que poner en tela de juicio las teorías largamente aceptadas sobre la naturaleza de la materia misma.
De hecho, los científicos de hoy están cuestionando las teorías sobre la materia más que nunca antes, incluyendo la “teoría del big-bang” sobre la creación, según la cual la expansión del universo comenzó con una explosión gigantesca. Por ejemplo, hace unos años la revista Natural History publicó un artículo donde el físico Alan H. Guth señala: “...la teoria del big-bang en realidad nunca ha sido la teoría de una detonación. Describe lo que ocurre después de una explosión —la constante expansión del espacio mismo a medida que la materia del universo se separa y sale disparada. No obstante, la teoría no dice nada acerca de qué causó esta expansión espectacular. Ni siquiera da una clave acerca de qué fue lo que explotó, qué causó la detonación o qué ocurrió antes de la misma”.
"Genesis: The Sequel", February 2000.
Entonces la pregunta clave es: ¿Qué explotó? A fin de que el universo material pudiera “detonar”, la materia, en alguna forma, tiene que haber existido. ¿Pero cómo pudo la materia haber sido creada de la nada? Mary Baker Eddy, quien descubrió la Ciencia del ser, plantea preguntas similares: “El Científico Cristiano pregunta: ¿De dónde vino la primera semilla, y cómo se creó la tierra? ¿Fue por moléculas, o por átomos materiales? ¿De dónde vino lo infinitesimal, —de la Mente infinita, o de la materia? So vino de la materia, ¿cómo se originó ésta? ¿Existía de por sí? La materia no es inteligente y por eso no es capaz de evolucionar o crearse a sí misma: es el opuesto mismo del Espíritu, la Mente inteligente, autocreativa e infinita. La creencia de que hay mente en la materia es panteísmo. La historia natural demuestra que ni un género ni una especie producen su opuesto. Dios es Todo, en todo. ¿Qué puede ser más que Todo? Nada: y esto es justamente lo que llamo materia: nada”.
Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 26.
Si la materia es nada y no es realmente causativa, ¿quiere decir esto que la existencia es ficticia? Es obvio que todos nosotros existimos. Pero si los átomos no originan la creación, entonces otra cosa debe hacer que existamos, y ese poder creador debe ser algo diferente de la materia. M. B. Eddy usa los términos “Mente infinita” y “Espíritu” para describir esta fuerza causativa de toda existencia, el Creador, el Todo-en-todo.
Puesto que la sustancia de Dios no es material, y toda la existencia emana del Espíritu divino, que es totalmente espiritual, nosotros, como creación de Dios, también somos totalmente espirituales, y no estamos hechos, de ninguna manera, de materia. El Génesis claramente afirma este hecho: "Dios [el Espíritu] creó al hombre a su propia imagen".
Génesis 1:27.
Entonces es obvio que la sustancia de la creación no puede estar constituida de materia si Dios, el Espíritu, ha creado el universo y todo lo que en él hay. Más aún, una teoría molecular material de la creación, debe necesariamente tener un orden en el tiempo, debe de haber ocurrido en una serie de sucesos con un “antes, durante y después”. Por otro lado, dado que la Mente divina es espiritual, y no tiene ninguna estructura atómica, el tiempo no puede afectar a Dios, la inteligencia total. La Mente simplemente existe. El único “tiempo” de Dios es el eterno ahora; para la Mente no existe ningún antes o después.
El hecho de saber que tu existencia en este eterno ahora es una expresión del ser espiritual y perfecto de Dios, y que no eres un mortal material, te hace tomar conciencia de la maravillas de vivir en el reino de los cielos, aquí y ahora. Tu identidad como la imagen de Dios, creada por el Espíritu, es la única identidad real que tienes. Ciencia y Salud explica: “El elemento carnal no puede penetrar en el hombre real e ideal”.
Ciencia y Salud, pág. 332. Incluso una comprensión elemental de que la sustancia de nuestro ser es espiritual puede abrir el camino para que se produzca la curación, y en ocasiones hasta una curación inesperada. De hecho, me abrió el camino a mí.
Resulta que una noche, estábamos preparando fondue para la cena y calentando una olla con aceite de cacahuate (maní) para cocinar carne y mariscos. A mitad de la comida, un miembro de la familia tropezó con el cordón eléctrico que estaba conectado a la olla, la cual comenzó a deslizarse fuera de la mesa. Muy rápidamente, sin pensar, extendí el brazo y agarré la olla, sumergiendo la mano en el aceite hirviendo.
En el momento en que ocurrió el incidente, no tuve tiempo de pensar en una oración específica. Pero a veces la oración está hecha de algo más que palabras. Y eso fue justamente lo que ocurrió en este caso. Podríamos decir que mi actitud respecto a la naturaleza de la existencia dio forma a mi oración. Antes de este incidente, yo había estado pensando profundamente en que la Mente, no la materia, es el Creador del hombre.
El concepto de ser creado desde una base material ya había comenzado a ceder en mi pensamiento a la comprensión de que sólo estamos creados por el Espíritu, Dios, y por ende nuestra verdadera sustancia es completa y eternamente espiritual, y no está sujeta de ninguna manera a las condiciones o teorías humanas. De modo que cuando sucedió esto, con toda tranquilidad puse la olla de nuevo en su lugar y me limpié la mano con una servilleta. Todo el mundo estaba callado. Mi hija, pensando que me había quemado seriamente, empezó a llorar. Yo los miré a todos y dije: "Estoy bien. No me quemé ni tengo ningún dolor".
Pude decir eso con absoluta confianza y sinceridad porque a través de mi estudio y de la oración que había hecho antes de este incidente, el siguiente versículo de la Biblia había adquirido un significado totalmente nuevo para mí: "Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra".
Salmo 46:6. En otras palabras, donde Dios es conocido y comprendido, la tierra (materia) se derrite o, como estaba yo aprendiendo cada vez más, desaparece de nuestro pensamiento.
Estas ideas habían tenido un efecto en mi actitud respecto a la naturaleza de la materia misma. Me había dado cuenta de que si la materia es realmente inexistente, entonces sólo los pensamientos de Dios son sustanciales y pueden afectarme. Yo existo aquí y ahora de una sola forma —como una expresión de la Mente divina, no como un ser material— de manera que yo ya sabía que por ser una idea completamente espiritual, no me podía quemar y no necesitaba recuperarme de los efectos de una quemadura.
Como yo ya había llegado a comprender mi sustancia espiritual, el aceite caliente no tuvo efecto adverso en mí. Esa curación fue inmediata y el resultado directo de mi comprensión básica de que mi verdadera naturaleza y ser son espirituales, exentos de causa y material alguno.
Junto con los científicos de pensamiento profundo de hoy que continúan cuestionando la realidad de la materia, todos necesitamos abrir cada vez más nuestro pensamiento al hecho metafísico de que nunca fuimos construidos a partir de la materia. Podemos rechazar la noción de que algún día evolucionaremos de seres moleculares y materiales, a entes espirituales.
En cambio, podemos aceptar el hecho de que existimos como seres totalmente espirituales ahora mismo. Siempre hemos sido, y siempre seremos únicamente espirituales. Y esta comprensión nos puede proteger a nosotros y a otras personas de las dañinas teorías basadas en la materia respecto a nuestro bienestar, del mismo modo como me protegió a mí de cualquier efecto malsano del aceite caliente.
Esta experiencia me ha alentado a profundizar aún más mi estudio de la Biblia y de los escritos de Mary Baker Eddy, a fin de seguir avanzando en mi comprensión de la naturaleza espiritual de la existencia. A medida que el mundo vaya alcanzando esta comprensión de la realidad, la humanidad irá progresando y dejando de lado las teorías basadas en la materia, para percibir que la existencia es totalmente espiritual. El concepto de que somos el resultado de moléculas materiales, se desvanece cuando llegamos a comprender, aun en pequeño grado, que la sustancia y origen verdaderos de la creación son enteramente espirituales, perfectos y libres de condiciones materiales.
