La vida es un constante aprender.
Es un aprender que Ilega a través de nuestra visión individual del mundo.
Una visión inspirada siempre deja beneficios indelebles.
Ante esta visión el universo es como un libro abierto, pero con sus páginas en blanco.
El significado de lo que allí hay se lo ponemos nosotros. Nosotros le damos la forma,
el color y el orden.
Este aprender es para mí como un incesante caminar hacia el horizonte.
Cada día se abre un nuevo cielo con un sol que no deja de asombrarme.
Un día es como si pasara por extensos trigales, y me detengo a pensar en la enorme
riqueza que hay sobre la tierra.
Otro, es como si pasara y viera el extenso mar, y pienso en cuántas cosas me quedan
por ver, que ahora están ocultas a la vista.
Otro día, es como si pasara por pueblos donde las costumbres de la gente son muy
diferentes a las mías, y allí me quedo para aprender de ellos.
Y Ilegado un momento determinado, me detengo para ver por dónde he andado, y me doy
cuenta de todo lo que aprendí y de cuántas cosas buenas se han quedado conmigo.
Y luego sigo caminando hacia adelante, porque ahora sí tengo la seguridad de que
el horizonte nunca Ilega.