Queridos amigos de El Heraldo:
Les escribo para contarles lo agradecida que estoy a la Ciencia Cristiana por las bendiciones que he recibido.
Un domingo, mientras esperaba que abriera la Iglesia, comencé a pasear por los alrededores, y como iba medio distraída no vi un escalón y me caí en la acera. El pie se me inflamó enseguida y tenía un fuerte dolor.
Cuando finalmente entré en la iglesia, de inmediato le pedí ayuda a una practicista de la Ciencia Cristiana. Ella con mucho amor me escuchó y comenzó a orar conmigo, ayudándome con las ideas que se encuentran en la “declaración científica del ser” que aparece en el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras (pág. 468).
Gracias a Dios y a la oración de la practicista, sané completamente en cuatro días. Durante ese tiempo no dejé de hacer las cosas más necesarias, reposando a ratos y aprovechando ese tiempo para estudiar las Lecciones Bíblicas de la Ciencia Cristiana, releer Ciencia y Salud y otros escritos de Mary Baker Eddy, así como algunos Heraldos.
Estoy profundamente agradecida.
La Habana, Cuba
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