Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Atención espiritual a la salud de los niños

Del número de enero de 2010 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Phil Davis es Gerente de los Comités de Publicación de La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos. Phil también se desempeña en la práctica de curación de la Ciencia Cristiana. Hace poco conversó con Redactora Jefe del Christian Science Sentinel, sobre la oración en la Ciencia Cristiana, que es un medio seguro y eficaz de cuidar de los niños hoy en día.

¿Podría hablarnos brevemente sobre la naturaleza de su trabajo? ¿Cuál es la labor diaria del Comité de Publicación?

Este Comité tiene representantes en todo el mundo, y todos tenemos una responsabilidad específica, aunque la forma de desempeñarla varía de un lugar a otro. La tarea consiste en "corregir de una manera cristiana las falsas informaciones que se difundan al público con referencia a la Ciencia Cristiana, y las injusticias de que sea objeto la Sra. Eddy o los miembros de esta Iglesia por parte de la prensa diaria, las publicaciones periódicas o cualquier clase de literatura puesta en circulación".Mary Baker Eddy, Manual de La Iglesia Madre, pág. 97.

En el mundo actual de los medios de comunicación, esto incluye radio, televisión e Internet, así como el ámbito legislativo en todos los niveles.

¿Podría comentar acerca de algunos de los beneficios de recurrir a la atención a la salud mediante la Ciencia Cristiana?

Uno de los enormes beneficios de la curación en la Ciencia Cristiana es que la oración está a nuestro alcance inmediatamente. Esto es muy importante cuando se trata de los niños. Uno no tiene que esperar a que la oración llegue, ni tiene que ir a ningún lugar en particular para encontrarla. La oración es inmediata, está disponible, está allí mismo donde uno se encuentra para aplicarla a cualquier niño, para ver inmediatamente la curación.

En su trabajo probablemente se encuentre todos los días con gente que no comprende la relación que existe entre la curación en la Ciencia Cristiana y la atención responsable de la salud. Esto es bastante difícil de explicar, pero ¿qué responde usted cuando las personas cuestionan la curación espiritual como un medio viable de atención a la salud para los niños? ¿Cuál es la base para este tipo de cuidado en la Ciencia Cristiana?

Es que la curación espiritual da resultados, no sólo para los adultos, sino también para los niños. Yo no podría hablar con honestidad e integridad a otras personas de los medios de comunicación o del ámbito legislativo, si no hubiera comprobado en mi propia vida y en la de muchas otras personas, que la Ciencia Cristiana sana el cuerpo de manera práctica y eficaz. Cuando yo era adolescente sané de depresión. Y en mi trabajo como practicista de la Ciencia Cristiana, he visto niños sanar de serias enfermedades infecciosas, intoxicación y numerosas lesiones.

¿Podría usted ayudar a los lectores a comprender la diferencia que existe entre la curación por la fe y la práctica de la Ciencia Cristiana?

Yo no estoy aquí para menospreciar ninguna religión o grupo religioso. No obstante, hay diferencias entre la Ciencia Cristiana y lo que comúnmente se llama curación por la fe. Tengo entendido que ésta por lo general envuelve un concepto de Dios y de la oración que podríamos llamar dogmático. En otras palabras, es importante para ellos ser obedientes a ese concepto de Dios. Y esto quiere decir que existen ciertas prohibiciones o artículos de fe en la Biblia que uno sigue —a veces ciegamente— tan solo porque están allí. Para algunas personas quizás sea tan importante seguir ese dogma, ese sistema de creencias, que puede que no importe si la persona está bien o si su bienestar está a salvo.

¿Quiere decir usted que la Ciencia Cristiana no tiene un enfoque dogmático para la curación?

El enfoque de la Ciencia Cristiana puede resumirse en cuatro palabras: Los resultados son importantes. Las curaciones son importantes. La seguridad y el bienestar de todos —y estamos hablando especialmente de los niños aquí— es lo más importante. Es de suprema importancia.

Nosotros no sacrificamos a nuestros hijos para demostrar un punto espiritual o religioso en particular. En la Ciencia Cristiana no hay ninguna conexión con esa manera de pensar. Esta religión es conocida porque las personas toman sus propias decisiones. La Iglesia no toma esas decisiones por ellas, de manera que los ancianos de la iglesia, los funcionarios de la iglesia, no toman esas decisiones. Cada persona tiene que decidir por sí misma y con su familia qué es lo mejor para ellos, y esto incluye decisiones sobre la atención a la salud.

¿Quiere decir esto que un padre Científico Cristiano tiene la libertad de tomar una decisión y hacer lo que él sienta que es mejor bajo las circunstancias?

Definitivamente. Y la atención a la salud de los niños es sumamente importante; la vida del niño es fundamental. Los padres que conozco que son Científicos Cristianos practicantes harán todo lo que sea necesario para preservar la seguridad y el bienestar de ese niño.

Hablemos de lo que haría un padre Científico Cristiano si su hijo o hija se enfermara o lesionara.

El cuidado en la Ciencia Cristiana consiste realmente en recurrir a Dios quien es el amor incondicional, y está siempre disponible. Es nuestra necesidad de comprender nuestra relación con Él. De modo que al cuidar de un niño, la madre o el padre Científico Cristiano recurre a ese maravilloso concepto de Dios, del Amor divino, que es siempre afectuoso, cuyo poder sanador está siempre al alcance de ese niño. El padre o la madre no le suplica ni recurre a un Dios distante para que de alguna forma ayude al niño aquí abajo en la tierra. En su oración se esfuerza por comprender lo que Dios ya está haciendo, lo que ya está brindando. Así que necesitamos alcanzar esa comprensión de Dios, en lugar de tratar de lograr que Dios haga algo.

¿De qué manera produce eso la curación? ¿Envuelve simplemente a los padres Científicos Cristianos, o tienen otros recursos?

Comienza con nuestra propia relación con Dios, y por supuesto la relación individual que tiene el niño con Dios. Pero si uno siente que necesita más ayuda, puede llamar a un practicista de la Ciencia Cristiana. Un practicista no es una autoridad, o alguien que tome las decisiones por esa persona. Él, o ella, ora con otros acerca de su comprensión de Dios y de la relación que tienen ambos con Dios.

Los practicistas de la Ciencia Cristiana no son autoridades en el caso. No toman decisiones, no emiten diagnósticos, no efectúan prognosis, no aconsejan al paciente o al padre o madre qué debe hacer. Su trabajo consiste en proporcionar el tratamiento más eficaz que puedan dar mediante la oración para restaurar inmediatamente la salud de ese niño.

Y cuando se comprende mejor cuán intacta está nuestra relación con un Dios que es todo amor, cambia todo aspecto de nuestro ser, no simplemente la manera en que lidiamos con las cosas mentalmente, sino cada aspecto de nuestra vida, incluso nuestra salud física.

Pensemos en los padres que están leyendo este artículo y no son Científicos Cristianos pero les gustaría orar por sus hijos, y quizás incluso buscar curación en ese método. ¿Cómo pueden comenzar?

Si están tratando de encontrar a un practicista de la Ciencia Cristiana o explorar las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, pueden visitar los sitios christianscience.com o spirituality.com. Allí podrán encontrar un directorio de practicistas listados en el Christian Science Journal y artículos que explican cómo sana la Ciencia Cristiana. También pueden visitar una Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana en su localidad.

Y si alguien desea apoyarse principalmente en la oración como sistema de atención a la salud para su hijo, me gustaría que comprendiera muy bien el tipo de responsabilidad que se asume al apoyarse únicamente en la oración para sanar a un niño.

Usted está hablando de responsabilidad, y seamos francos, como en tantas otras cosas, en ocasiones puede que se practique de una manera irresponsable la atención espiritual a la salud. Entonces, ¿quisiera hablarnos un poco de qué es la atención a la salud en la Ciencia Cristiana, y qué no es, cuando se trata de cuidar con eficacia a los niños?

Es necesario tener devoción de pensamiento y estar con el niño, asegurándose de hacer todo lo posible para que recupere rápidamente la salud. Sinceramente, no he observado que se trate de manera casual la atención a la salud de los niños en la Ciencia Cristiana, como tampoco de parte de la gente que conozco que practica esta Ciencia.

Usar la oración para los niños y apoyarse en ella es una responsabilidad muy seria. Es importante haber experimentado este tipo de curación personalmente para poder dar a su hijo algo que sabe que lo va a ayudar. Entonces uno puede decir con toda confianza: "Yo lo he probado en mi propia vida, así que tengo plena confianza en que el tratamiento será seguro y eficaz para mi hijo".

Y un beneficio enorme, respecto a los niños que han sanado mediante la oración en la Ciencia Cristiana, es que demuestra que demuestra que está a nuestro alcance de inmediato, que el apoyarse en Dios mediante la oración significa que la curación está disponible ahora mismo.

Si un niño está seriamente enfermo y el padre o la madre decide apoyarse en el tratamiento en la Ciencia Cristiana para que sane, ¿en qué medida tienen que ser ellos razonablemente responsables?

Ser razonablemente responsable significa que uno tiene que ver progreso. Es decir, que debe dedicarse a orar hasta lograr ese fin, esa meta. Significa que si uno le pide a un practicista de la Ciencia Cristiana que ore por su hijo, el padre o la madre también tiene que estar orando. No sale a trabajar, no hace otras cosas, se queda cuidando de la salud de ese niño, asegurándose de que haya progreso. Y cuando enfrentamos una situación seria —es decir que, si ese enfoque por alguna razón en particular no está dando resultados— entonces el padre o la madre debe pensar en qué otras opciones puede probar.

Generalmente se piensa que los Científicos Cristianos tal vez estén en contra de médicos, del tratamiento médico. ¿Qué piensa usted al respecto?

Hasta los padres que usan y se apoyan en el tratamiento convencional piden una segunda opinión, buscan diferentes enfoques o diagnósticos. Pienso que lo mismo ocurre con cualquier padre que recurre a la atención espiritual para sus hijos. En algunos casos la opción puede ser recurrir a otro practicista, a un sistema diferente de atención a la salud, o incluso a un tratamiento de atención a la salud convencional, si fuera necesario.

Puede que alguien al leer este artículo piense: "¿Por qué no usar siempre un enfoque convencional para la atención a la salud de los niños?" Bueno, una muy buena razón para ello son todos los niños que han sido sanados mediante la oración, y de qué manera esas curaciones demuestran el poder de esta oración. A lo largo de las décadas los Científicos Cristianos han acumulado un notable registro de curaciones.

Estamos hablando de lo que es mejor para el niño. Si bien aquellos que usan el tratamiento médico convencional para sus hijos pueden pensar que es la mejor elección, no siempre es eficaz, y a veces falla. Es un sistema que dista mucho de ser perfecto.

¿Acaso este punto no destaca la necesidad de que los padres tengan otras opciones además del enfoque convencional? De no ser así, ¿no se trata más bien de que se está en contra de la curación espiritual, en lugar de en contra de la curación médica? Conozco mucha gente que probó el tratamiento médico sin éxito, y luego recurrió a la Ciencia Cristiana y fue sanada. Si lo más importante es realmente la salud del niño, ¿cómo puede ser que se elimine como opción la práctica responsable de la curación espiritual, especialmente cuando eso mismo puede salvar la vida de ese niño?

¿Podría darnos un ejemplo de esto, tal vez algo que usted haya relatado al hablar con gente que tiene dudas sobre esta forma de tratamiento?

Como practicista le puedo decir que siempre que he orado por familias y por niños, la exigencia de que la curación fuera inmediata ha estado allí. He visto cómo un niño sanó rápidamente después de lastimarse un brazo, que sus padres pensaron que se había quebrado, al caer desde un tobogán alto al suelo de concreto; he visto sanar rápidamente casos de accidentes, lesiones internas y problemas orgánicos de niños. Todo esto me hace pensar que los niños están listos para sanar por medios espirituales. Lo he visto en muchas ocasiones, y por esta razón me gusta tanto orar por los niños. Una de las alegrías de la vida es ver con qué rapidez sanan mediante la oración.

Cuando estas experiencias ocurren en público, ¿cómo deberían los padres Científicos Cristianos interactuar con el público, con las enfermeras de las escuelas, con los funcionarios del orden, cuando se trata de cuidar de sus hijos?

A mí me gusta mucho el hecho de que en la Ciencia Cristiana no hay una teología secreta, no hay ninguna razón para ocultar nada de lo que hacemos. Está abierta a todos, ya sea la lectura de la Biblia o Ciencia y Salud, como hablar con Científicos Cristianos acerca de su religión. Pero como esto es algo que la mayor parte de la sociedad no conoce muy bien, es importante que estemos dispuestos a explicar lo que hacemos, y cómo lo hacemos.

No ayuda estar a la defensiva pues eso sugiere que tenemos protección especial en la Constitución o en las leyes estatales o federales. Es cierto que en la ley hay ciertas estipulaciones, pero nosotros no justificamos nuestras decisiones con esas leyes. Están allí porque la sociedad en cierto grado ha reconocido que la curación espiritual es importante y viable como forma de curación. Nuestro privilegio, por decirlo así, es demostrar cada día con cuánta rapidez sana la Ciencia Cristiana y lo eficaz que es, en vez de hacer referencia a alguna ley, a la libertad de culto o a la Constitución. No recurrimos a las leyes como algo a lo que tenemos derecho. Para el público la mejor evidencia de lo que es la Ciencia Cristiana y de lo que hace por los niños, es la eficacia de nuestra práctica diaria de la Ciencia. Cristiana y los resultados que produce.

Sí, realmente, esa es la mejor explicación. ¿Entonces, qué podemos decir de los derechos religiosos? ¿Acaso la gente no tiene derecho a la libertad de culto en los Estados Unidos, por ejemplo?

Claro que sí. Tenemos una Constitución que garantiza el libre ejercicio de la religión, pero esa garantía se conoce como una libertad condicional, no es absoluta. De acuerdo con la Declaración de Derechos, cuando la práctica de la libertad de una persona entra en conflicto con la libertad de otra, las cortes determinan cuál de las libertades es la más importante. Es decir, que la libertad de culto debe medirse conforme a nuestra responsabilidad por los demás. Así que volvemos al tema de la eficacia. La única razón de que podamos recurrir a la libertad de culto y a lo que establece la ley, y aplicarla en las leyes estatales y federales y en los parlamentos alrededor del mundo, es porque la Ciencia Cristiana es eficaz.

¿Qué es lo que a usted le gustaría que los lectores sacaran de esta conversación en términos de la atención a la salud en la Ciencia Cristiana y los niños?

¿No es, acaso, el hecho de que da resultado la razón más importante por la que nos apoyamos en la oración en la Ciencia Cristiana? Y si algo ha dado tan buenos resultados en nuestra vida, ¿no es natural que se lo pasemos a nuestros propios hijos? El amor de Dios es incondicional. Es práctico, no arbitrario ni teórico. Está siempre disponible, no es intermitente. Estos hechos constituyen la ley de Dios, el Amor divino, que constantemente trae curación. Y toda familia que practica con responsabilidad la curación espiritual como la enseña la Ciencia Cristiana, ofrece lo que el tratamiento convencional no puede brindar: curación física aunada a una creciente comprensión y más profunda relación con el Todopoderoso.

Esta entrevista también se encuentra en www.elheraldocc.com

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / enero de 2010

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.