Soy profesora y traductora de inglés y hace un tiempo decidí desarrollar un poco más mi profesión y trabajar de manera independiente.
Al renunciar a mi empleo me quedé sin alumnos porque todas las personas que capacitaba eran clientes directos de la empresa consultora de idiomas para la que trabajaba. No obstante, este impasse me dio la oportunidad de orar más y espiritualizar mis motivos y ponerme a pensar en el significado real de "trabajo".
En mi estudio de la Ciencia Cristiana, muchas veces había escuchado y leído que uno trabaja para la gloria de Dios, y esto me hacía pensar en expresar Su naturaleza y propósito. No era solamente cuestión de ganar dinero.
Aunque no sabía cómo encontraría el lugar adecuado y las personas correctas, estaba en paz porque sentía que Dios estaba conmigo y ciertamente respondería a mi deseo de trabajar en una atmósfera tranquila, llena de armonía, donde hubiera bendiciones mutuas, como dice el Salmo 23, "en lugares de delicados pastos y junto a aguas de reposo".
Entonces, comencé a orar para eliminar el temor y ser receptiva y obediente al escuchar los mensajes de Dios. Sabía que Él tenía un plan perfecto para mí, un plan que no admitía errores, y que ya se estaba desarrollando, aunque en ese momento no lo podía ver con claridad. También tenía la certeza de que mi trabajo me permitiría ser un instrumento de Dios. Es decir, yo podía usar mi actividad no sólo para dar clases de inglés, sino también para ayudar a la gente a conocerlo a Él.
En mi trabajo con adultos tengo la oportunidad de intercambiar puntos de vista sobre diversos temas, y la espiritualidad surge permanentemente. Escucho necesidades de todo tipo y me gusta mucho ver que la gente es receptiva cuando les hablo de un Dios que es "Padre-Madre", que es toda presencia y poder, que es Vida, Verdad y Amor. Esta forma de nombrar a Dios no se escucha comúnmente y la gente se siente muy atraída hacia estos conceptos.
Al continuar orando y profundizando para comprender cuál era mi identidad espiritual como hija de Dios, fui viendo que mi propósito es expresarlo por medio de cualidades espirituales, como la humildad, la gratitud y la alegría. Asimismo, fue creciendo mi certeza de que Dios me había dado la habilidad para desarrollar mi profesión. Él nos creó a Su imagen y semejanza,Génesis 1:26. y reflejar Sus cualidades es algo normal. Los talentos que Él nos ha dado son como regalos y sólo tenemos que tomar consciencia de ellos para expresarlos.
A todo esto, yo había empezado a tener un dolor de cuello bastante fuerte que limitaba mis movimientos. De modo que en mi oración comencé a reconocer que, como hija de Dios, ya era sana y libre, que nada me podía impedir que realizara mis actividades, pues no había lugar donde pudiera manifestarse el mal ya que Dios, el bien, es "Todo-en-todo". Sucedió que un día, estando en mi terraza bajo un sol radiante, de pronto percibí cuán cerca estaba Dios de mí y sentí mucha paz. Fue como si Dios me hubiera alcanzado con Su amor y hubiera derretido esa dureza del cuello. A partir de ese momento el dolor cesó y pude comenzar a moverme libremente.
Tiempo después, me llamó el gerente de ventas de una empresa para hacer una traducción. Cuando la dueña de esa compañía vino a buscarla, conversamos brevemente y ella decidió empezar a tomar clases de inglés conmigo. Luego, me siguieron llamando para hacer más traducciones porque estaban interesados en importar herramientas y precisaban el idioma para hacer las negociaciones pertinentes. Posteriormente, se comunicó otra empresa en la que había estado capacitando gente hacía unos años, pero ahora querían que yo fuera proveedora directa. Y lo que empezó con un alumno, no mucho después, se triplicó. Mis estudiantes estaban tan contentos, que me recomendaron a muchas personas, y de esta manera pude expandirme y trabajar sin intermediarios.
Esto también me ha dado la posibilidad de dar a conocer el libro Ciencia y Salud y la revista El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Para hacerlo, los conceptos en este pasaje de la Segunda Epístola a los Corintios me fueron muy útiles. Dice en parte: "...la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad".Corintios 8:14. Todos tenemos en realidad abundancia espiritual; es como una ley de atracción por medio de la cual el Espíritu nos une y satisface nuestras necesidades. Así que he podido comprobar que mi trabajo, en cierta forma, es un canal para dar a conocer la palabra de Dios.
Es muy importante saber que el Amor divino tiene el control de nuestra vida y de todos nuestros proyectos, en lugar de apoyarnos en lo que nosotros creemos que es lo mejor. Por esta razón, estoy siempre a la expectativa del bien reconociendo que Dios responde a Su debido tiempo y con precisión, satisfaciendo nuestra necesidad de la manera más correcta.
Sin duda, he podido comprobar que lo que "bendice a uno bendice a todos",Ciencia y Salud, pág. 206. pues, otras personas también se han visto beneficiadas al saber un poco más acerca de la Ciencia Cristiana. Es como impartir un mensaje de paz y amor a toda la humanidad.