¿Ha visto alguna vez la serie de pinturas que realizó Claude Monet sobre las parvas de heno? En unas, la luz del amanecer las muestra sombrías en contraste con el resto del campo; en otras, bajo el sol del mediodía, vibran de luz junto con todo el paisaje; en los atardeceres, toda la obra se muestra rojiza y difuminada; y después de las primeras nieves, las parvas parecen confundirse con el marco blanco de fondo. Monet pintó alrededor de 25 versiones diferentes de estas parvas, entre 1890 y 1891, cerca de su casa en Giverny, Francia, para mostrar la manera en que el efecto de la luz, en diferentes horas del día y estaciones del año, cambia la apariencia de las cosas.
En una de sus biografías Monet menciona que buscaba lograr la "instantaneidad".Richard Kendall, Editor. Monet by Himself, Time Warner Books UK, 2004, pg. 120. Se diría que trataba de encarar cada una de estas pinturas con una unueva mirada; no esperaba ver lo que antes había visto, simplemente interpretó en el lienzo un momento preciso y único.
Este nuevo año puede bien ser una oportunidad para ver todo con una nueva mirada. Quizás nuestra vuelta a la oficina o al taller pueda ser una ocasión para encontrarnos con una visión renovada de los compañeros de trabajo; o al volver de noche al hogar, llegar a ver entre los que comparten la mesa de cenar, una nueva sonrisa que antes no habíamos notado, o escuchar un comentario original que nos deje pensando.
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