Esta iglesia es de agua,
y cada miembro un cántaro
que sobre el que se acerca
su bendición derrama.
La Verdad es el agua,
que por beberla y por seguir al Cristo,
la mujer de Samaria,
dejó familia y casa.
Dios es la fuente,
la Vida eterna, el agua,
yo quiero ser un cántaro,
que sobre el prójimo
deje fluir la inspiración del Alma.
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