Los sueños ilusorios y los pensamientos deseosos
a menudo nos hacen
perseguir resplandecientes vasijas de oro
tras los evasivos arco iris ...
o buscar con desesperación
las fuentes ficticias de la eterna juventud ...
para luego encontrar
que sus espejismos se desvanecen
hasta desaparecer
en el árido desierto del pensamiento mortal.
Al cerrar nuestros ojos, el yo,
miramos por el prisma de la Verdad
de nuestro Gran Creador,
y vemos las prístinas tonalidades o cualidades
que moran dentro de nuestro ser
en el círculo omnipresente del Amor infinito,
que nos incluye a todos.
"Fija tu mirada en la luz, y el iris de la fe, más hermosa que el arco iris visto desde mi ventana al atardecer de un suave día otoñal, abarcará los cielos de tu pensamiento"—Mary Baker Eddy
Escritos Misceláneos, pág. 355
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