Permítame que cite este proverbio que seguramente haya escuchado antes: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida.”
Cristo Jesús nos dejó a través de sus enseñanzas varias lecciones para encontrar este alimento para toda la vida. Este alimento, que es de origen espiritual, proviene del único Creador que nos ha formado a cada uno individualmente junto con el universo. Puesto que es espiritual, no existe separado de nosotros para que tengamos que salir a buscarlo.
Una instancia de cómo Cristo Jesús nos enseñó a hallar este alimento ocurre frente al mar de Galilea cuando se encuentra con sus discípulos, quienes habían pasado toda una noche sin poder pescar nada. Simplemente les dice desde la costa: “Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis.” Juan 21:6. Y como resultado de obedecer este mandato “ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces”.
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