Estaba con un busca del pájaro sombrilla en el río Napo en Ecuador. Nos levantamos cuando todavía estaba oscuro y nuestros guías nos llevaron en canoa, remando durante horas, hasta el lugar donde estaban los nidos. Al salir el sol, las aves empezaron a cantar. Los monos aulladores bramaban, los insectos zumbaban, y vimos un grupo de pájaros sombrilla que se perfilaban contra el cielo que se iba iluminando cada vez más. Ver estas notables criaturas en su prístino ambiente fue una experiencia extraordinaria. El amanecer trajo nuevas perspectivas de las maravillas de Dios.
La Biblia relaciona el amanecer con la revelación de nuevas vistas de Dios y de Su creación. “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. 2 Pedro 1:19. Aquí el día representa el amanecer de la claridad espiritual o revelación. La luz que brilla en nuestro corazón y mente se el Cristo, la Verdad o mensaje espiritual de Dios que ilumina nuestro pensamiento.
El lugar oscuro puede ser temor o ignorancia espiritual, sentimientos heridos o frustración. Esos oscuros estados de pensamiento desaparecen cuando llega la inspiración espiritual, tan ciertamente como la oscuridad desaparece cuando llega el amanecer. Donde antes no se veía nada o simplemente sombras y formas vagas, la luz revela vistas más claras que nunca, de específicas ideas espirituales.
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