Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Niña sana de eczema

Del número de septiembre de 2017 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 10 de julio de 2017 como original para la Web.
Publicado originalmente en el Christian Science Journal de Marzo de 2017.


Cuando mi hija Anna era pequeña, desarrolló un caso grave de eczema. Estaba tan incómoda que se despertaba de un sueño profundo para rascarse la piel, por lo que descansaba muy poco.

No parecía estar progresando con mis oraciones por mi hija, así que decidí llevarla a un pediatra. Sin embargo, lo único que ellos podían ofrecer era una crema de esteroides que proporcionaba solo alivio temporal, y tenía malos efectos secundarios.

Me dediqué nuevamente a orar por Anna. Recordé otras curaciones que yo había tenido a través del tratamiento de la Ciencia Cristiana, como fue la curación de una infección crónica en los oídos. Esto me animó. Sabía que Dios amaba a Anna y que ella también sería sanada. Declaré con firmeza su perfección como la imagen y semejanza de Dios, y el hecho de que ella nunca podía estar separada de Él y Su infinita bondad.

Al mismo tiempo, busqué en el directorio del Christian Science Journal la lista de practicistas de la Ciencia Cristiana y oré para saber a quién llamar para pedir tratamiento de la Ciencia Cristiana. La practicista que encontré fue muy amorosa, amable e inspiraba mucha confianza. Su trabajo de oración sí trajo alivio. Poco a poco la piel de mi hija se volvió más normal.

Recuerdo que la practicista habló por teléfono con mi hija (que entonces tenía unos dos años) y la alentó a escuchar y a hablar con Dios, y a darle las “gracias” por alguna cosa buena cada vez que sentía alguna molestia. Ella fue obediente a esta instrucción. También hablé con la practicista —muchas veces— durante el período en que mi hija recibió su ayuda.

Una vez, estábamos de viaje en la playa con la familia. La piel de Anna comenzó a irritarse mucho cada vez que el agua, la arena o la crema con protector solar la tocaban. Era difícil para ella poder divertirse en la playa. Llamé a la practicista, y ella lo manejó por medio de la oración; mi hija se sintió cómoda, y pudimos disfrutar del resto de nuestras vacaciones.

Durante el tiempo que pasamos orando para percibir la libertad espiritual de Anna como hija de Dios, le recordaba que volviera su pensamiento a Dios con esa simple y poderosa gratitud que abre nuestros corazones a Su amor sanador. Ella fue mejorando cada vez más, y después de un par de meses estaba completamente curada de la condición de la piel; desapareció para siempre. Ahora tiene once años y sigue siendo una niña excepcionalmente agradecida. Ella encuentra y aprecia la bondad de Dios cada día.

Chrissie Sison
Stephens City, Virginia, EE.UU. 

Lo único que recuerdo de aquella época es todo lo bueno. Me acuerdo de las llamadas telefónicas con la practicista, y que tenía las conversaciones más lindas con ella. Me sentía muy amada siempre que estaba al teléfono con la practicista.

Annalise Sison

Apareció primero el 10 de julio de 2017 como original para la Web.
Publicado originalmente en el Christian Science Journal de Marzo de 2017.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / septiembre de 2017

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.