La inmigración, la equidad, la identidad y la honestidad en el carácter y en la política, fueron algunos de los temas que surgieron en una reunión a la que asistí con un pequeño grupo de personas de Brasil, Francia y los Estados Unidos. Para todos nosotros era obvio que hay mucho que sanar en estas áreas, y en otras, en nuestro mundo.
No obstante, lo que más me impresionó durante esa reunión fue la convicción del grupo de que la oración sistemática y eficaz puede llegar a aquellos corazones que anhelan estabilidad, paz y progreso. Realmente, he encontrado que cuando nos sentimos sumamente abrumados por un airado mar de circunstancias, podemos mantenernos quietos mentalmente en oración y afianzar nuestro pensamiento en Dios, el Principio eterno, el Amor divino, el cual trae paz y curación.
Después de la reunión, me vino al pensamiento un tema del libro de Isaías en la Biblia: “Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás” (43:2, NTV).
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