Los editores de revistas normalmente trabajan con descripciones precisas de su público objetivo y sus lectores típicos. Los artículos están escritos para grupos de edad o niveles de educación específicos. Están dirigidos a miembros de ciertas profesiones en particular, personas que viven en determinadas áreas u otros grupos de interés, todos ellos muy claramente definidos.
El Heraldo de la Ciencia Cristiana también tiene un público objetivo característico, pero lo definimos en términos muy diferentes. Nuestros lectores, actuales y potenciales, son de todas las edades. Algunos de ellos tienen títulos de posgrado; otros nunca terminaron la escuela primaria. Y algunos todavía están en la escuela primaria. Son músicos, abogados y programadores informáticos, pero también jubilados y desempleados. Incluyen personas con estabilidad financiera y refugiados. Incluso los que leen en español tienen numerosos idiomas nativos y provienen de diferentes tradiciones religiosas, y en algunos casos, incluso antirreligiosas.
Así que una definición demográfica típica no sería apropiada. Lo que sí unifica a nuestros lectores es un anhelo: el anhelo de experimentar el toque sanador del Cristo en sus propias vidas y llevar el mensaje del Cristo a quienes los rodean, independientemente de la demografía, y a todos aquellos que les interesan, dondequiera que se encuentren.
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