En nuestra casa, hemos estado hablando mucho sobre cómo podemos ayudar cuando presenciamos un trato injusto. Tal vez hayas sentido que un hermano o hermana mayor te ha tratado injustamente antes. O quizás hayas visto personas que han sido tratadas injustamente porque se ven o parecen diferentes. En este momento, mucha gente se está volviendo cada vez más consciente de que existe un patrón de tratamiento desagradable hacia las personas de color, especialmente las personas de raza negra. Esto no es justo, pero ha estado sucediendo desde hace tanto tiempo que muchos lo hacen sin siquiera darse cuenta.
Este tratamiento injusto ocurre en todas partes: en nuestras escuelas, en los deportes, en nuestras ciudades y en muchos otros lugares también. Se llama racismo sistémico. Pero no necesitamos aceptarlo como algo normal. Así que nuestra familia comenzó a pensar en lo que podemos hacer para cambiar las cosas. Cómo podemos orar.
Pensamos en una regla que nos puede ayudar. No es una regla como “Debes lavarte las manos antes de la cena”. En realidad, esta es una regla que personas de todo el mundo conocen y cumplen. Se llama la Regla de Oro. Está en todas las religiones; a veces se dice con diferentes palabras, pero siempre con el mismo significado. En la Biblia está escrito de esta manera: “Como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Lucas 6:31). Básicamente, esto significa que deberíamos tratar a los demás del modo en queremos que nos traten a nosotros. Jesús nos enseñó cómo hacerlo, y podemos seguir su ejemplo de tratar a los demás con amor, comprensión, equidad y compasión.
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