A nuestro alrededor, el mundo ha estado transmitiendo mensajes de miedo, contagio, pavor y enfermedad. Estas imágenes pueden parecer bastante aterradoras y reales. Sin embargo, al estudiar la Ciencia Cristiana y ver sus resultados sanadores, tangibles y poderosos, he aprendido que no tengo que aceptar imágenes o impresiones de temor, contagio y enfermedad. La Ciencia Cristiana enseña que el hombre es espiritual, hecho a imagen y semejanza de Dios, el bien eterno, y que todos vivimos en Su reino armonioso. No hay lugar para la enfermedad en un reino que ya está lleno de abundante salud, alegría, paz, armonía y amor.
Estas verdades me recuerdan una experiencia que tuve la Navidad pasada, mientras visitaba a la familia de mi esposo en el extranjero. Habíamos volado a los Países Bajos para estar cuatro semanas y estábamos ansiosos por pasar un buen rato con mi cuñada y mi cuñado, mi sobrina y mi sobrino. Sin embargo, cuando llegamos, mis suegros nos informaron que mi sobrina de cuatro años estaba enferma de gripe, y que debíamos evitar estar cerca de ella para no enfermarnos.
A lo largo de mi vida había tenido curaciones de enfermedades y lesiones a través del estudio y la práctica de la Ciencia Cristiana, así que conocía la falta de poder de esas imágenes y predicciones de enfermedad, y con confianza les aseguré a mis suegros que no teníamos miedo y que estábamos encantados de estar allí. Aunque ellos no son Científicos Cristianos, son cristianos devotos que creen en el poder de Dios y la oración, y disfrutamos compartiendo ideas espirituales entre nosotros. Se sintieron aliviados y dijeron que era refrescante pasar las vacaciones con personas que recurren a Dios en tiempos de necesidad.
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