Personas de todo el mundo consideran que las primeras páginas de la Biblia, los 31 versículos del primer capítulo del Génesis, son especiales. Pero mientras muchos las ven como el registro de una creación que tuvo lugar en el pasado, la Ciencia Cristiana revela que es una descripción intemporal de la creación como verdaderamente es siempre: espiritual y perfecta.
En consecuencia, a menudo he pensado que dentro de estas páginas se encuentra la respuesta a cada fase concebible de la miseria y el sufrimiento humanos: la creación espiritual de Dios, donde cada necesidad del hombre ya ha sido satisfecha; donde la salud, la armonía, la provisión infinita, la seguridad, el orden y la unidad son hechos establecidos; donde nada está sujeto al azar o al cambio, nada queda por hacer y nada hay que mejorar.
Este registro de la creación revela que el universo espiritual de Dios, incluidos los hijos de Dios hechos a Su imagen y semejanza, está por siempre completo. Un solo versículo al final del capítulo capta la escena con brillantez: “Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (versículo 31).
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