Queridos amigos:
Nuestra querida colega, Margaret Rogers, CSB, quien ha beneficiado inmensurablemente a esta Junta Direc-tiva y a nuestra Iglesia, dejó de integrar la Junta Directiva de la Ciencia Cristiana a fines de noviembre. La perspectiva espiritual, la gracia y la confianza de Margaret en que Dios ayuda a bien en todas las cosas son evidentes para todos aquellos que la conocen. Ella sirvió con esmero a la Junta Directiva durante más de una década, al mantener una actitud serena y sanadora, así como un refrescante sentido del humor, durante las numerosas etapas que se necesitaron para seguir la dirección de la Mente. Impulsada por el Amor, ella dejó la Junta para volver a su lugar de origen en el Área de la Bahía de California.
Tras graduarse en la universidad, Margaret se recibió de enfermera de la Ciencia Cristiana, y nunca dejó de trabajar como tal, sirviendo desinteresa-damente dondequiera que la curación-Cristo fuera necesaria. Se ha desempeñado como practicista de la Ciencia Cristiana desde 1981 y como maestra de la Ciencia Cristiana, diez años después. Fue Segunda Lectora de La Iglesia Madre desde junio de 1992 hasta junio de 1995. Además, ha sido conferenciante de la Ciencia Cristiana, Redactora Adjunta de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana, colaboradora frecuente de dichas publicaciones, y Fideicomisaria de la Sociedad Editora. Sabemos que sus desinteresadas contribuciones a la Causa no cesarán, así como no cesan los vientos en la costa de California.
El 1° de diciembre de 2019, cuando Margaret dejó la Junta, Keith Wommack, CSB, de Corpus Christi, Texas, la reemplazó como integrante de la Junta Directiva. La mayoría de nosotros ha tenido el privilegio de ver recientemente a Keith abrazar a los miembros como Presidente de La Iglesia Madre, y de escuchar sus palabras en las dos últimas Asambleas Anuales al dirigirse al Movimiento como testigo de la renovación del Espíritu, que tantas filiales y sociedades de América del Norte están sintiendo y demostrando.
En su juventud, Keith hacía giras con su grupo de música, pero siempre sintió que su vocación era servir a la Causa de la Ciencia Cristiana. En 1982, abandonó su carrera musical y dedicó todo su tiempo a la curación por medio de la Ciencia Cristiana. Se listó como practicista en The Christian Science Journal en 1983, y se recibió de maestro de la Ciencia Cristiana en 1994. Se ha desempeñado además como conferenciante, moderador de talleres de practicistas y, hasta esta transición, como Comité de Publicación de Texas. Su compromiso de muchos años de ayudar a otros a sentir la presencia sanadora del Cristo nos trae al pensamiento la siguiente declaración, tomada de la “Reseña Histórica” del Manual de La Iglesia, que se refiere al propósito de nuestra Iglesia: “Organizar una iglesia destinada a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro, la cual habría de restablecer el cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación” (Mary Baker Eddy, pág. 17). Estamos muy agradecidos porque Keith haya aceptado esta nueva oportunidad de promover dicha causa: la Causa de la Ciencia Cristiana.
Con sincero reconocimiento, agradecemos a Margaret todo lo que ha hecho y les damos la bienvenida a Keith y a su esposa, Joanne, con brazos abiertos y alegre expectativa.
La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana