Cuando Dios le dijo al patriarca hebreo Abraham que su esposa Sara tendría su primer hijo, Abraham se sintió tan sorprendido que preguntó: “¿A hombre de cien años ha de nacer hijo?” (Génesis 17:17).
Sara también quedó atónita cuando se enteró de la noticia. La Biblia nos dice que al principio se rió como Abraham había hecho (véase Génesis 18:9-15).
Al investigar la palabra hebrea usada para risa, encontré que su significado incluye “reírse abiertamente (de alegría o desdén)” (Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible). Es probable que la pareja estuviera sumamente sorprendida y encantada, y Sara esperaba que “cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo” (Génesis 21:6).
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