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Original Web

Un Padre con el que todos podemos contar

Del número de septiembre de 2020 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 11 de junio de 2020 como original para la Web.


La paternidad de Dios ha significado mucho para mí a lo largo de mi vida; el Día del Padre y cada día.

Nací en Buenos Aires, Argentina, y nuestra vida de hogar distaba mucho de ser feliz. Mi padre abandonó a nuestra familia cuando yo era muy pequeña, y éramos prácticamente indigentes.

No mucho después de que él desapareciera, mi madre comenzó a asistir a una Iglesia de Cristo, Científico, en Buenos Aires, y mi hermana y yo fuimos inscritas en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Uno de los primeros recuerdos de aquella época fue descubrir que Dios es el Padre y Madre de cada uno de nosotros; que somos los hijos amados de este Progenitor del todo amoroso. Un versículo de la Biblia posteriormente se transformó en uno de mis textos favoritos: “¿No tenemos todos un mismo padre?” (Malaquías 2:10). 

Fue una alegría enterarme de que nuestro Padre celestial no nos defrauda ni nos abandona, no nos deja en la indigencia o solos, sino que siempre está listo para ayudarnos, amarnos y protegernos del mal. Algunos de estos conceptos están expresados en un poema por Mary Baker Eddy que memoricé de niña. Está designado como un poema para los niños pequeños, y me ha traído mucho consuelo y seguridad: 

Padre-Madre Dios,
   en Tu amor,
guárdame al dormir,
guía mis pies al ir
   de Ti en pos.
(Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 400)

Aunque nuestra familia enfrentó muchos desafíos después que mi padre se fue de casa, nuestras necesidades fueron respondidas al recurrir en oración a nuestro Padre-Madre, al reconocer Su bondad y confiar en Su provisión. Parte de la respuesta a la pregunta “¿Qué es el hombre?”, que da Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, es que el hombre es “la compuesta idea de Dios, incluyendo todas las ideas correctas” (pág. 475). Para mí, esto quería decir que yo podía experimentar la presencia de un padre en mi vida a través de las cualidades de valor, fortaleza, seguridad, apoyo, protección y así sucesivamente, porque ellas están incluidas en la identidad de cada persona por ser una idea de Dios.

Algunos versículos en el evangelio de Mateo en la Biblia también fueron muy útiles. Describen una interacción entre Jesús y sus discípulos: “Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre” (12:46-50).

Pienso que esto significa que podemos amar profundamente a nuestra familia, y también tener un sentido más amplio de ella porque todos somos hijos de nuestro Padre-Madre infinito. Nuestra verdadera identidad tiene su fuente en este hecho divino y glorioso.

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