En medio de una pandemia que ha arrasado el mundo y afectado tan profundamente la vida de las personas —al amenazar su salud física y mental, causar la pérdida de seres queridos, perjudicar la economía, cambiar las reglas del compromiso social y forjar un futuro incierto en la mente de millones— uno puede preguntarse cómo podemos lidiar con una situación tan crítica.
Estudiar cómo Cristo Jesús respondía a las crisis me ha ofrecido respuestas que infunden esperanza.
Cuando Jesús enfrentaba amenazas a la salud y al bienestar, su comprensión del amor y el cuidado omnipresentes de Dios elevaba su perspectiva por encima del caos y la agitación hacia Dios y la omnipresencia de la salud y la provisión. A un hombre que había estado inmovilizado durante muchos años por una enfermedad, Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y anda” (Juan 5:8, LBLA), y la salud del hombre le fue restaurada.
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