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Original Web

El poder del “cálido abrazo del Amor”

Del número de abril de 2021 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 14 de mayo de 2020 como original para la Web.


Allí estaba yo, apenas salida del avión en pleno enero, comprando un montón de pañuelos de papel en una tienda antes de la conferencia del fin de semana. “¿Por qué justo ahora?”, pensé, mientras luchaba por primera vez en años con los efectos de un fuerte resfrío.

La ironía era que el tema de la conferencia era “El cálido abrazo del Amor”. Un tema tanto literal como contemplativo, en que los participantes inevitablemente se abrazarían unos a otros al saludar a nuevos y viejos amigos, al tiempo que consideraríamos más profundamente lo que significa transmitir un cuidado genuino por nuestro prójimo.

Aquella noche, me instalé en mi habitación, en la cual había una corriente de aire, sintiéndome abatida por los síntomas y deseando estar en mi confortable cama, en casa. Fue entonces que recurrí mentalmente a Dios en busca de una respuesta. Al principio mis oraciones fueron bastante superficiales: No tengo tiempo para esto. Solo haz que desaparezcan los síntomas, por favor. 

Pero inmediatamente después me vino algo nuevo: En lugar de preocuparte por lo que pudiera decir la gente si te vieran usar hasta agotar todos los pañuelos que compraste, ¿qué pasaría si comprendieras que solo podrían sentir tu amor genuino por ellos?

Esta inspiración no trataba de ignorar la preocupación por las interacciones saludables. Más bien, hizo que sintiera el deseo de ser más considerada respecto a lo que yo podía “darle” a mi prójimo a un nivel más elevado.

Mi pensamiento cambió totalmente cuando comencé a orar pensando en amar a mi prójimo. Es así como funciona la oración. Abre el pensamiento a lo que Dios sabe y ve acerca de Su creación. Por ser los hijos, o expresiones espirituales, de Dios, quien es Amor, en realidad, lo único que podemos transmitirnos unos a otros es el bien. Este Amor divino nunca podría impulsarnos a ser egoístas, ignorantes o desagradables.

Y si bien hasta ese momento había pensado que el tema del fin de semana era bastante trivial, ahora su significado se hizo más profundo para mí. “El cálido abrazo del Amor” representaba mucho más que el abrazo de un amigo a otro, por más dulce que sea. Era esencialmente sentir la calidez y el cuidado de Dios, el Amor divino mismo. Comencé a pensar más en cómo este Amor nos sostiene a todos en Su tierno y amplio abrazo, y nos protege del malestar y el temor. 

 Este razonamiento está arraigado en las Escrituras. La Biblia nos dice. “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18, LBLA). Mary Baker Eddy era una ávida estudiante de la Biblia, y experimentó una importante curación que la puso en la senda del descubrimiento de la naturaleza espiritual de la salud, basada en las enseñanzas y práctica de Jesús. Ella registró sus hallazgos en su obra definitiva, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras. Haciendo eco del pasaje de Primera de Juan, ella escribió: “El temor, el cual es un elemento de toda enfermedad, tiene que ser echado fuera para reajustar la balanza a favor de Dios” (pág. 392); y “El amor a Dios y al hombre es el verdadero incentivo tanto en la curación como en la enseñanza” (pág. 454).

Al reconocer el profundo afecto de Dios por mí y por todos, sentí ese amor y cuidado de manera muy tangible. Mi temor se disipó naturalmente, y fue reemplazado por un sentimiento de amor espiritual genuino por mi prójimo. Me fui a dormir sintiéndome en paz, y cuando desperté, los síntomas habían disminuido considerablemente. Poco después desaparecieron por completo. Me sentí lista para tener un día lleno de actividades, donde los otros participantes y yo nos saludamos e interactuamos unos con otros con mucha alegría.

Tenía firme en mi pensamiento la valiosa inspiración que dio lugar a esa curación cuando llegué a casa con temperaturas frías récord, y tuve que caminar una distancia bastante considerable, a través de la nieve, desde el autobús del aeropuerto hasta mi automóvil. Nunca tuve síntomas persistentes ni secuelas del resfrío. 

Esa idea del “cálido abrazo del Amor” es parte de la letra del Himno 517 del Christian Science Hymnal: Hymns 430-603. Cada uno de nosotros puede tomar muy en serio su mensaje sanador hoy: 

La gracia de Dios cantamos con alegría,
al vivir cada día en el cálido abrazo del Amor.
Ansiosos añoramos ver y repartir por doquier 
el amor salvador de Dios.

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