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Original Web

¿Estás limitando tu provisión de bien?

Del número de abril de 2021 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 25 de junio de 2020 como original para la Web.


Hace unos años, tuve una experiencia que me mostró la importancia de abandonar un punto de vista material y limitado de la vida a fin de confiar en la bondad espiritual. Durante varios años había sufrido de escasez y pobreza. La variedad de trabajos que había tenido nunca parecía responder más que a mis necesidades más básicas. Estaba convencida de que, si tan solo encontraba un buen trabajo, tendría todo lo que necesitaba. En varias ocasiones, pude encontrar un empleo por medio de la oración. Sin embargo, continuaba a la deriva, sin sentirme realmente satisfecha y con la certeza de que mi vida siempre sería miserable.

  Entonces, ocurrió algo que hizo que realmente examinara mi forma de pensar: me convertí en mamá, y me di cuenta de que no quería aceptar las limitaciones para mi hijo, aunque las aceptara para mí misma. Luego comencé a hacer un profundo estudio espiritual con la idea de superar la sugestión de escasez de una vez por todas. Leía todo lo que podía encontrar sobre el tema del Pastor de la Iglesia de Cristo, Científico: la Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. También leí otros escritos por la Sra. Eddy y varios artículos sobre provisión y empleo de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana.

Las palabras de Cristo Jesús, “Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mateo 6:21, LBLA), me señalaron cuán práctico es valorar y buscar las cosas del Espíritu, lo que implica que lo verdaderamente importante y satisfactorio entonces se demostrará en los pequeños detalles de nuestras vidas. 

Poco a poco, me di cuenta de que había puesto limitaciones a dos necesidades importantes —el empleo y la provisión— y de esa forma había abandonado la confianza genuina en la bondad y el cuidado abundantes de Dios. La Ciencia Cristiana explica: “Las Escrituras nos informan que el hombre está hecho a la imagen y semejanza de Dios. La materia no es esa semejanza. La semejanza del Espíritu no puede ser tan desemejante al Espíritu. El hombre es espiritual y perfecto; y porque es espiritual y perfecto, tiene que ser comprendido así en la Ciencia Cristiana. El hombre es la idea, la imagen, del Amor; no es el físico. Es la compuesta idea de Dios, incluyendo todas las ideas correctas; …” (Ciencia y Salud, pág. 475). Si Dios es el bien ilimitado, como implican las Escrituras, entonces el hombre —por ser la idea compuesta de Dios— incluye todo el bien, incluso empleo correcto y provisión abundante. Comencé a comprender que, por ser una idea completa de Dios, yo incluyo todo el bien.

A fin de sentir la abundancia divina en mi vida, sabía que también necesitaba dejar de delinear o determinar de dónde vendría mi provisión. De acuerdo con la Ciencia divina, “El Alma tiene recursos infinitos con que bendecir a la humanidad, y la felicidad se lograría más fácilmente y estaría más segura en nuestro poder, si se buscara en el Alma” (Ciencia y Salud, pág. 60). Mientras buscara un trabajo o cualquier fuente específica que no fuera el Alma, Dios, para tener mis ingresos, limitaría mi acceso a las infinitas posibilidades del bien.

Cuando comprendí que Dios es la fuente de todo el bien, vi que necesitaba estar agradecida por todo el bien en mi vida. Me di cuenta de que estaba amargada y era indiferente al bien que ya tenía. Recibía una remuneración mensual por cuidar de un pariente, pero en lugar de estar agradecida por esto, me molestaba el hecho de que lo necesitaba para responder a mis necesidades. Así que, una de las ideas con las que oré fue que la provisión infinita de ideas espirituales de Dios siempre sería suficiente para responder a mis necesidades. Comprendí que, como Dios es la fuente de todo lo que es real y bueno, Él proporciona lo que sea que la necesidad exija. Entendí que la provisión no consiste principalmente en dinero, alimento, vivienda o cualquier cosa material. La provisión consiste en las cualidades necesarias para expresar plenitud; y Dios las exige y al mismo tiempo las suministra.

 Cada revelación aumentaba mi confianza en la bondad y provisión de Dios, y la gratitud y la alegría reemplazaron la preocupación y la limitación. Desperté y me di cuenta de que mi verdadero propósito o empleo era y siempre será magnificar o expresar a Dios, y que esto jamás podría incluir un período de desempleo. Es interesante notar que mis esfuerzos por resolver estos problemas “de una vez por todas” dieron sus frutos, pero no de la manera que yo esperaba. Había pensado que, si realmente comprendía la verdadera naturaleza espiritual del empleo y la provisión, nunca más tendría problemas con ninguno de ellos. No obstante, después de eso tuve algunos desafíos, pero cada uno desarrolló aún más mi confianza en el amoroso cuidado de Dios, el cual se ha transformado, definitivamente, en el fundamento de mi forma de pensar. Al esforzarme por ser útil, sin tener en cuenta la remuneración recibida, mi vida se volvió más alegre y se presentaron más oportunidades para servir. Además, mis ingresos de hecho aumentaron, y me di cuenta de que podía hacer con toda confianza más cosas con mis entradas disponibles. 

Esta experiencia ha enriquecido mi punto de vista acerca de Dios y aumentado mi dependencia en Él, y por eso estoy muy agradecida. Me alienta el hecho de que los que buscan a Dios primero verán que sus necesidades son respondidas.

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