Es posible que se logre un gran progreso cuando la oposición contra lo que es injusto u opresivo se realiza con sabiduría. Un ejemplo excelente de este tipo de oposición es Liu Xiaobo, cuyo activismo intrépido y pacífico desempeñó un papel importante en las campañas en pro de la democracia para la reforma política en China, su país de origen. Mientras estaba en prisión a causa de su trabajo en la promoción de la democracia y los derechos humanos, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2010.
Dicha oposición inspirada puede emplearse de muchas maneras y es especialmente útil cuando oramos. Al orar, cuanto más nos familiarizamos con la naturaleza y el carácter del todo buenos de Dios, quien es la Verdad divina —y el hecho de que todos existimos con el propósito de manifestar esta naturaleza y carácter totalmente buenos— más capacitados estamos para mantenernos firmes y desafiar cualquier falsedad acerca de Dios y Su creación que limitaría el bien en nuestras vidas y en las de los demás.
Mary Baker Eddy, quien descubrió y fundó la Ciencia Cristiana, explica: “La Verdad, desafiando al error o materia, es la Ciencia, que disipa el sentido falso y conduce al hombre al sentido verdadero de la entidad y de la Divinidad, …” (La unidad del bien, pág. 42).
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