Cuando tenía diecisiete años, empecé a sufrir de serios dolores de oídos. Una mañana desperté con un dolor punzante en el oído derecho. Me asustó mucho, pero decidí continuar con mis planes del día e ir a la escuela.
Había experimentado dolores de oído periódicamente desde que era chica, pero nunca tan fuerte. Siempre que sufría de ellos le pedía a mi mamá que me ayudara con la oración, y compartiera conmigo verdades espirituales, y la situación mejoraba. Mi madre es practicista de la Ciencia Cristiana, y apoya mi práctica de la Ciencia. Durante toda mi niñez había enfrentado los desafíos físicos por medio de la Ciencia Cristiana, y con las oraciones de un practicista de la Ciencia Cristiana. Y había conocido y tenido la certeza del poder de Dios, la Mente divina, para sanar.
Después de pasar el día en la escuela adolorida, le pedí ayuda a mi madre nuevamente. Sabía que ella estaba orando por mí. Aquella noche leímos juntas la Lección Bíblica de la Ciencia Cristiana, y estudié pasajes que ella me dio de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Los pasajes me ayudaron a obtener una comprensión más profunda de Dios y de mí misma como Su idea perfecta.
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