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Original Web

PARA JÓVENES

Cuando perdí a alguien que amaba

Del número de octubre de 2023 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 8 de mayo de 2023 como original para la Web.


Mi maestra de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana fue una de las personas más importantes de mi vida. Ella me tomó bajo su protección, me enseñó en la escuela y me dio una idea de cómo podía crecer como estudiante de la Ciencia Cristiana. Luego falleció. Yo no sabía cómo enfrentar el duelo; nunca antes había perdido a alguien, especialmente alguien tan cercano a mi corazón. 

Estaba tan profundamente deprimida que no podía encontrar una razón para volver a la iglesia. Estaba muy enojada y me sentía perdida, y su fallecimiento hizo flaquear mi comprensión de Dios. Seguía pensando: ¿Cómo podía Dios quitarme algo tan bueno, alguien tan especial para mí y para otros? 

Sabía que evitar ir a la iglesia solo me haría sentir más lejos de Dios y de mi maestra de la Escuela Dominical. También sabía que volver sería difícil. No obstante, pensé que sería una manera de sentirme cerca de ella, así que asistí a una reunión de testimonios de los miércoles por la noche. 

El grupo en la iglesia era íntimo, y todos tenían un testimonio o expresión de gratitud para compartir. Durante la reunión, sentí una abrumadora sensación de amor que llenó mi corazón de mucha gratitud a Dios por haberme dado la bendición de conocer y amar a mi maestra de la Escuela Dominical. Me reconfortó estar en la reunión, y aunque ellos no lo supieron, los testimonios de los asistentes me habían hecho sentir segura y en paz. Después de eso, supe con certeza que no había nada que pudiera impedirme amar a Dios y a la Ciencia Cristiana.

Me fui a casa preguntándome qué podía hacer para sentirme cerca de Dios una vez más. De inmediato, vi mi ejemplar de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy. No lo había tocado en meses, pero allí estaba. Pasé a una página al azar porque mi maestra de la Escuela Dominical me había enseñado que Ciencia y Salud está lleno de mensajes de Dios solo para mí. Al dar vueltas las páginas, encontré el capítulo llamado “Los pasos de la Verdad”, donde dice: “Estamos propensos a creer ya sea en más de un Gobernante Supremo o en algún poder inferior a Dios. Nos imaginamos que la Mente puede ser aprisionada en un cuerpo sensorio. Cuando el cuerpo material se ha desintegrado, cuando el mal ha sobrecargado la creencia de vida en la materia y la ha destruido, entonces los mortales creen que el Principio imperecedero, o Alma, escapa de la materia y sigue viviendo; pero esto no es cierto. La muerte no es una pasadera hacia la Vida, la inmortalidad y la bienaventuranza” (pág. 203). Este pasaje significó mucho para mí porque era uno que mi maestra había compartido con nosotros en la Escuela Dominical. Me embargó un incontenible sentimiento de amor. 

Nada —ni la ira ni la tristeza— podía tocarme. Sólo el amor que sentía en ese momento era real. Dios realmente es Amor, y Él me mostró que el Amor siempre estará conmigo y que yo siempre estaré con el Amor. 

Mi dolor ha sanado por completo, y estoy eternamente agradecida por la libertad que la Ciencia Cristiana me trajo durante uno de los momentos más difíciles de mi vida.

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