Hace años fui sanada de anorexia al aprender la verdad de Dios y Su creación revelada en la Ciencia Cristiana, la cual alimentó mi hambriento corazón. Qué libertad encontré al estudiar la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy. Descubrí que la Vida es Dios, el Espíritu divino, que no es limitado por la materia o la llamada ley material, y que el hombre, la verdadera identidad de cada uno de nosotros, es espiritual, la imagen de Dios. La paz que sentí al aprender estos hechos me permitió primero ganar fuerza sin comer y luego, paso a paso, volver a comer normalmente. Sentí que el Amor divino alimentaba mi pensamiento con gracia.
La Sra. Eddy tenía el profundo anhelo de comprender el mensaje de la Biblia como la Palabra de Dios que habla a la humanidad en todas las épocas. Este anhelo se cumplió cuando descubrió cómo sanaba Cristo Jesús y que sus obras de curación pueden ser emuladas hoy en día. Ella explicó su descubrimiento e inspiración en Ciencia y Salud para que todos lo lean y comprendan. Ella hizo esto con profunda humildad y devoción al único Dios, nuestro Padre-Madre, y hoy —a través de este escrito divinamente inspirado que proporciona información sobre el profundo significado espiritual de la Biblia— somos invitados diariamente a encontrar una nueva revelación.
Estoy profundamente agradecida a la Sra. Eddy por su descubrimiento de la Ciencia Cristiana, sus escritos y la Iglesia que estableció. Ella dio el paso tan único de ordenar un pastor para La Iglesia Madre, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, que no era una persona sino dos libros: la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana. También designó estos libros como el pastor de todas las iglesias filiales de Cristo, Científico.
Juntos, estos libros traen un mensaje profundamente espiritual, expresando las buenas nuevas.
Cada domingo en todo el mundo, este pastor predica la Palabra de Dios a los corazones receptivos. Hay 26 temas de las Lecciones-Sermón de la Biblia que se relacionan con el progreso y la salvación para la humanidad. Cada lección semanal (publicada en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana) consiste en pasajes de la Biblia y Ciencia y Salud seleccionados por un comité de La Iglesia Madre. Las personas pueden estudiar esta Lección durante toda la semana, y el domingo la misma Lección-Sermón constituye la sustancia principal del servicio dominical en cada Iglesia de Cristo, Científico, y Sociedad de la Ciencia Cristiana en todo el mundo.
El hecho de que la Biblia esté acompañada de Ciencia y Salud arroja luz sobre el sentido espiritual inspirado de las Escrituras, y estos libros juntos ofrecen un mensaje profundamente espiritual a individuos y congregaciones, anunciando las buenas nuevas en todas las comunidades y naciones, y dando una plataforma para que la verdad del Espíritu se escuche y se sienta en todo el mundo.
Esta forma de “predicar” tiene como resultado un servicio sanador en la iglesia. El pastor abre la puerta para que cualquiera sienta la presencia de Dios y Lo escuche hablar directamente a su corazón. La prédica del pastor nos invita a cada uno de nosotros a comprender y experimentar nuestra relación con Dios —con el Espíritu, la Verdad y el Amor— a reconocer que Dios es el Principio divino y el hombre es la idea espiritual de Dios, y a comprender que cada uno de nosotros es ese hombre: siempre completo, satisfecho y uno con nuestro divino Padre-Madre.
Cada semana durante el servicio religioso, los jóvenes de hasta veinte años pueden pasar un tiempo precioso de aprendizaje con el pastor en la Escuela Dominical. Aquí el pastor habla exactamente el idioma que los chicos necesitan mientras ellos y sus maestros conversan acerca de las enseñanzas fundamentales, como los Diez Mandamientos, las Bienaventuranzas y el Padre Nuestro con su interpretación espiritual de Ciencia y Salud. A mis hijos les encantaba conocer mejor a su pastor el domingo y ser guiados por las verdades de estos libros durante la semana en todos los aspectos de sus vidas, incluida su tarea escolar. Para ellos, el pastor se convirtió en un buen amigo a quien siempre podían recurrir para encontrar nuevas ideas y respuestas y sentirse consolados, amados, alentados y fortalecidos en cualquier momento, de día o de noche.
En las reuniones de testimonios en medio de la semana, este pastor es la fuente de lecturas inspiradas seleccionadas por el Primer Lector de cada iglesia filial o sociedad de la Ciencia Cristiana. Después de las lecturas, los asistentes son invitados a compartir testimonios de curación y renovada inspiración obtenida al estudiar y practicar la Ciencia Cristiana. Estos testimonios dan a conocer la Palabra al compartir pruebas del poder sanador de Dios que han experimentado en la vida cotidiana.
Para mí, tener este querido pastor impersonal es la demostración de las palabras de Cristo Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). De hecho, el pastor me ha ayudado, y todavía me ayuda, a superar el miedo. Es una sensación maravillosa tener al pastor disponible y hablándome a través de los textos sanadores, guiándome y enseñándome a través de las verdades espirituales. Esta guía está libre de toda opinión, intelecto o voluntad humanas, y está llena de verdadero amor, sabiduría y autoridad. ¡Qué regalo, para mí, para todos nosotros y para un mundo hambriento!
Concuerdo de todo corazón con lo que Septimus J. Hanna, uno de los primeros trabajadores de la Ciencia Cristiana, dijo de la Lección Bíblica semanal: “Considero que este método de predicar el evangelio a todas las naciones es uno de los logros más grandiosos en la historia religiosa” (We Knew Mary Baker Eddy, Expanded Edition, Volume II, p. 255). Todavía no hemos alcanzado el punto en que todo el mundo está consciente de este gran logro, pero el mundo ciertamente siente su efecto edificante, sanador y reconfortante. Es el bálsamo que tanto se necesita. Nos guía a través del desierto de la mentalidad material hacia un refugio seguro, delicados pastos y el agua consoladora y satisfactoria que es el Cristo.
El mensaje del Cristo a veces parece ser como un poderoso movimiento mental. Ciencia y Salud dice: “El efecto de esta Ciencia es estimular la mente humana hacia un cambio de base, sobre la cual pueda ceder a la armonía de la Mente divina” (pág. 162). He descubierto que a veces esta conmoción puede ser todo un desafío. Podría hacernos reconsiderar las creencias y suposiciones que hemos mantenido durante años. No obstante, esto se ha convertido en un aspecto muy importante para mí porque la Ciencia divina me ha hecho pensar mucho más profundamente y estar mucho más consciente de que no se puede confiar en el pensamiento basado en la materia.
Cuando empecé a leer Ciencia y Salud, a menudo sentía una gran resistencia mental; era tan contrario a lo que había aprendido antes. Pero mis temores y dudas me impulsaron a aferrarme más firmemente aún al brazo extendido y amoroso del Amor divino que estaba sintiendo a través de este libro. Me sentí impulsada a orar más fervientemente para que Dios me diera un “corazón nuevo” que me permitiera comprender lo que la Verdad me estaba revelando y deshacerme de las creencias enceguecedoras y la voluntad personal.
A veces, cuanto más tenía que esforzarme por comprender, más claramente me venía la preciosa dulzura y certeza del Espíritu. La Verdad se estaba convirtiendo en verdadera sustancia para mí, y me sentía fortalecida de una manera que ninguna otra cosa —ningún medio material o esfuerzo personal— podría haber hecho.
Estoy profundamente agradecida por cómo el mensaje celestial del pastor me ha transformado y por el hecho de que el Amor divino derrama cada día exactamente las verdades correctas para alimentar mi hambriento corazón, así como el de todos los demás. Lo que he encontrado está al alcance de todos a través de lo que la Sra. Eddy descubrió y llamó Ciencia Cristiana, y a través de la Iglesia que ella estableció. Cuando ordenó la Biblia y Ciencia y Salud como pastor, escribió que “… continuarán predicando a esta Iglesia y al mundo” (Manual de La Iglesia Madre, pág. 58).
Este pastor continuará predicando la Palabra divina que es capaz de “[fecundar] los afectos de toda la humanidad”, predicando para una iglesia que está “sanando y salvando al mundo del pecado y de la muerte; para así reflejar, en cierto grado, la Iglesia Universal y Triunfante” (Manual, págs. 41, 19).
