Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Una economía de ideas

Del número de agosto de 2023 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 24 de abril de 2023 como original para la Web.


Tanta incertidumbre parece agobiar al mundo durante este turbulento tiempo político y económico, desafiando a líderes empresariales y gubernamentales a buscar soluciones apropiadas. No obstante, estas soluciones pueden ser contraproducentes. Para lograr soluciones eficaces y duraderas a estos desafíos, se necesitan ideas inspiradas basadas en una perspectiva espiritual. Nada más puede fortalecer y estabilizar la economía mundial. ¿De dónde vienen estas creativas inspiraciones que ayudan a impulsar a la humanidad a tomar resoluciones progresistas? Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, dice: “Las ideas son emanaciones de la Mente divina” (pág. 88).

Las ideas que bendicen a la humanidad provienen de Dios, la Mente divina, y nos vienen a través del Cristo, revelando la presencia amorosa y el poder de Dios a la consciencia humana. Estas ideas transformadoras y sanadoras se desenvuelven naturalmente, aportando la claridad que reconoce que hay infinitas posibilidades al alcance de la mano. 

Cuando volvemos nuestro pensamiento a Dios, la Mente, ideas inteligentes e inspiradas comienzan a fluir y nos brindan una dirección útil y pertinente, ya sea individual o global. Estas ideas constructivas pueden ponerse en práctica, lo que resulta en un mejor servicio a los demás y una mayor abundancia económica para nuestras comunidades. Por lo tanto, en nuestra propia práctica espiritual, al orar podemos lidiar con confianza con los desafíos que impedirían una actividad económica saludable que bendiga a la humanidad. 

Dios, la Mente infinita, es la fuente del bien ilimitado e inagotable, y el hombre (la verdadera identidad espiritual de todos) por ser Su imagen, refleja este bien infinito. Cuando se comprende, esta economía divina de Dios —Su abundante provisión de ideas espirituales— se manifiesta en nuestra experiencia en forma de sustento, industria, creatividad, cooperación y suministro financiero.

¿Qué sucede cuando surge el temor e interrumpe esta provisión de actividad productiva? Cuando nos sentimos tentados a resignarnos al miedo y absorber su oscurecida visión, nos desanimamos y nuestra capacidad de pensar con claridad y confianza se oscurece. El hecho de que la mente humana tenga sus límites y sea incapaz de ver el futuro puede ser abrumador. Esto inhibe nuestro avance hacia adelante, haciéndonos sentir atrapados, solos e indefensos. 

Una manera de superar esta inercia mental es dirigir nuestra atención a los pensamientos de gratitud y dominio centrados en Dios, y apartarnos de las situaciones desalentadoras de “qué pasaría si”. El agradecimiento sincero puede mantenernos en el eterno “ahora” del bien espiritual presente y abundante. Esta es una oración activa y alerta, y nos recuerda que para Dios nada es imposible. Es la inteligencia divina que habla a la mente humana a través del Cristo, dirigiéndola más allá de las limitaciones de los sentidos físicos.

Hace años, aprendí a confiar en Dios durante una recesión económica. Después del repentino fallecimiento de mi esposo, me quedé con una pesada carga financiera y tuve que vender nuestra casa. La casa no tenía mucho valor neto, y era necesario pagar la deuda para comenzar un nuevo negocio. Durante más de tres meses mi casa no se vendió, a pesar de la ayuda de un agente inmobiliario competente. No estaba segura de poder seguir pagando la hipoteca de la casa y los gastos de alquiler del negocio. 

Después de orar con humildad, se me ocurrió poner un anuncio de mi casa en el escaparate de mi tienda. No estaba segura de mi capacidad para administrar la venta de una casa. No estaba bien conectada; las casas no se vendían y la situación parecía desesperada. Sin embargo, fui obediente. Puse el anuncio en la ventana y confié en que Dios dirigiría cada paso de este desenvolvimiento. 

Esa noche, con el renovado compromiso de escuchar a Dios cuando surgieran dudas, tomé mi Biblia y leí este pasaje: “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento” (Proverbios 3:5, LBLA).

En una semana, una pareja que había visto el anuncio en la ventana visitó mi negocio. Al poco tiempo, después de visitar mi casa, la compraron a un precio razonable, y negocié el contrato de venta con la ayuda de una compañía hipotecaria. Pude comprar una casa nueva y más pequeña, que satisfizo todas mis necesidades durante muchos años. Luego, en pocos meses, mi nuevo negocio que había estado luchando comenzó a prosperar. En menos de dos años, todas las deudas fueron pagadas. Ahora, 27 años después, vivo en una casa más grande, y mi negocio ha seguido prosperando, incluso durante la pandemia de Covid. Todavía miro por esa ventana de la tienda con profunda gratitud a Dios.

La vida libre de cargas no está fuera de nuestro alcance ni a años de distancia. Permitir que Dios nos dé las ideas correctas justo cuando las necesitamos —ahora mismo— nos libera de los intrusos temores de la limitación. ¡Qué idea tan amorosa puede demostrar ser la economía de Dios para todos!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 2023

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.