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Es importante diferenciar entre el mero pensamiento positivo y la oración. Esto es lo que esta autora comprendió cuando se dio cuenta de que necesitaba tener la persistencia de ver a todos como creados por Dios. Y con esa actitud mental pudo completar su mandato como presidenta de la asociación de propietarios de su vecindario.
A medida que cedemos mentalmente a la verdad y bondad de Dios, los efectos nocivos derivados de los errores sobre nuestra verdadera naturaleza como hijos de Dios dejan de manifestarse cada vez más. Al hacer esto con persistencia, Kaye sanó permanentemente del dolor de rodilla.
El reino de los cielos está dentro de nosotros; por consiguiente, siempre estamos dentro del reino de los cielos.
Este adolescente no era fanático de volar, pero cuando comenzó la turbulencia, realmente se asustó. ¿Cómo podría encontrar una calma interior cuando el temor parecía tan intenso? El ejemplo de otro pasajero lo ayudó a que comenzaran sus oraciones.
Debería haber estado esperando ansiosamente el torneo estatal de fútbol, en cambio, esta estudiante del último año del bachillerato se sentía decepcionada: Se había lastimado el tobillo y su entrenador le había dado a su propia hija un codiciado lugar en la plantilla. ¿Qué la impulsó hacia adelante a pesar de estos contratiempos? Sigue leyendo para averiguarlo.
La mansedumbre es más que una forma alternativa de pensar y actuar. Es fundamental para la curación cristiana, y trae su propia recompensa, y hallamos que tenemos dominio sobre el sentido material de nosotros mismos, y que poseemos y heredamos el verdadero sentido espiritual de nosotros mismos como hijos de Dios.
Nunca estamos realmente separados de nuestros seres queridos. Nuestro hogar —nuestro sentido de amor, consuelo y de pertenecer a un lugar— es el hogar de Dios. Bajo el único “techo” de nuestro Padre-Madre Dios, todos somos cuidados, todos estamos juntos y todos podemos estar en paz.
Estudiar en la escuela en línea únicamente era bastante difícil para esta estudiante de bachillerato. Pero tener una profesora exigente empeoró aún más las cosas. Afortunadamente, esta adolescente tenía la Ciencia Cristiana para ayudarla a aprender a pensar en la situación de una manera diferente y sanadora.
La Ciencia Cristiana revela que, en lugar de ser fusiones de lo físico y lo espiritual, por ser creaciones de Dios permanecemos en el estado del ser completamente espiritual y puramente bueno que Dios, desde el principio y permanentemente, provee para nosotros.
Luchando con la inseguridad y la baja autoestima, esta estudiante de bachillerato no parecía verse a sí misma como inteligente o capaz. Pero cuando obtuvo el papel principal en una obra de Shakespeare, supo que algo tenía que cambiar, y lo que había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana allanó el camino para un gran cambio.